40 heridos dejó un nuevo motín en la cárcel de San Miguel, al sur de Santiago de Chile, donde la semana pasada riñas entre prisioneros derivaron en un incendio que dejó 81 reos fallecidos, y que evidenció la crisis que persiste en el sistema penitenciario de ese país, admitida por el propio mandatario Sebastián Piñera.
De los tres mil 500 presos que formaron parte de los disturbios, 40 resultaron con lesiones leves, de acuerdo con el reporte difundido este jueves por funcionarios de la Gendarmería, organismo responsable del sistema carcelario de Chile .
"Hay gente lesionada, pero nada de preocupación", sostuvo el líder de la Asociación de Funcionarios de Gendarmería, Pedro Hernández.
Las riñas comenzaron en medio de un operativo de la Gerdarmería ejecutado el miércoles, en el que los agentes requisaban a los prisioneros en busca de armas, teléfonos y drogas.
"Fuimos atacados con lanzas, con piedras y con objetos inflamables", aseguró, por su parte, el cabo de Gendarmería, Daniel Vega.
La situación se normalizó tras la intervención de unos 150 agentes, según afirmó el líder de la Asociación de Funcionarios de Gendarmería.
En la misma la cárcel San Miguel, el miércoles pasado se produjo otra riña que culminó con un incendio y la muerte de 81 reos.
Las autoridades aún investigan las causas del incendio. Hasta el momento sólo se conoce que el fuego inició en la torre 5 de la cárcel de San Miguel en medio de una pelea entre presos nuevos y otros con mayor tiempo en el penal.
El fuego se inició por la explosión de un encendedor casero (yesquero), que se expandió a todo un pabellón en el que se encontraban 149 reclusos.
Los familiares de los 81 presos que murieron en el incendio iniciaron acciones legales contra el Estado chileno por negligencia en el tratamiento de los reos y por las condiciones de hacinamiento del reclusorio.
Autoridades policiales, han asegurado que ya habían denunciado la crisis del sistema carcelario en ese país, antes la trágica muerte de los reclusos.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, por su parte, reconoció ese mismo miércoles que el sistema penitenciario de su país es inhumano e indigno por lo que prometió mejorar en lo que queda de gestión la calidad de vida de los reos.
Chile es el país con mayor número de presos por habitante en Latinoamérica, 318 individuos reclusos por cada 100 mil ciudadanos, según la ONU. La población penintenciaria supera las 50 mil personas, y la capacidad de las cárceles es de 35 mil.
(teleSur)
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