Tras meses de relativa calma, el coloso se reactivó hace dos semanas con la emisión continuada de ceniza, que se fue tornando progresivamente más blanca, lo que es un indicador de mayor contenido de silicio y una posible explosión, dijo a Efe Pablo Palacios, un experto del Instituto Geofísico, que es el ente que vigila la actividad sísmica y volcánica en Ecuador.
Ocurrió hoy por la mañana, cuando el cráter comenzó a expulsar bloques incandescentes y lava, que bajaron por varias quebradas una distancia de unos dos kilómetros desde la boca del cráter.
Los ruidos producidos por el volcán, localizado en el corazón de los Andes ecuatorianos, se escucharon en la localidad de Puyo y también han vibrado los ventanales de Patate y Guadalupe, una localidad ubicada a 14 kilómetros.
Después de unas cinco horas de gran energía, la actividad explosiva y la intensidad de los bramidos disminuyeron, según el Instituto Geofísico.
Aún así, se mantiene constante la columna de ceniza de unos 3 kilómetros de alto, que se dirige hacia el este, así como la expulsión de rocas ardientes, que ruedan por sus flancos.
Las autoridades informaron de la salida del 95% de la población en las zonas amenazadas por los flujos piroclásticos, el material magmático que expulsa el volcán, y sopesan la evacuación de toda la zona si aumenta la actividad.
Además, los accesos por carretera han sido cerrados y la Dirección de Aviación Civil ha cambiado las rutas aéreas para evitar la ceniza, mientras "se realiza un monitoreo permanente de la dirección de los vientos", dijo Palacios.
La Secretaría Nacional de Riesgos decretó la alerta roja, el máximo nivel de alerta, en los municipios en las cercanías del volcán.
Las quebradas son las zonas de mayor peligro, porque por ellas se encauza el material incandescente.
Felipe Bazán, subsecretario de Respuesta del IG, explicó en una rueda de prensa en Quito que existen nueve albergues en escuelas de Baños, un centro turístico y la ciudad más grande en esa área, que tienen capacidad para acoger 1.500 personas y cuentan con reservas de agua y medicinas.
Añadió que no se han registrado víctimas por la erupción, aunque sí ha habido daños a la agricultura de la zona, que es muy productiva precisamente por el material volcánico de las faldas del Tungurahua.
La embajada de Estados Unidos en Ecuador, por su parte, emitió una alerta en la que instó a los estadounidenses a evacuar la zona y advirtió de posibles problemas en el transporte aéreo debido a la ceniza expulsada.
En un comunicado enviado a las personas registradas en su consulado y a las familias con hijos en la escuela americana de Quito, la embajada pidió a los estadounidenses no viajar a la zona y a que los que ya se encuentran allí que se planteen salir "dado el alto nivel de actividad volcánica y lo imprevisible de la situación".
El Tungurahua, de 5.019 metros de altura y ubicado a unos 180 kilómetros al sur de Quito, empezó su actual erupción en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de gran actividad con lapsos de calma.
Desde 2006 ha registrado cinco erupciones similares a las de hoy, las últimas en julio y agosto de este año, según Palacio, que dijo que los geólogos no están seguros del futuro comportamiento del volcán.
La sismicidad podría disminuir gradualmente o también es posible "que se genere más adelante otro episodio" explosivo como el de hoy. EFE
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