En razón de ejercer la contraloría social como la máxima expresión de la democracia participativa, integrantes del consejo comunal y habitantes del sector Camoruco I en Tinaquillo, decidieron en asamblea de ciudadanos recuperar tres empresas de producción social que se encontraban abandonadas.
Carlos Roberto Pérez, vocero de esta estructura comunal, explicó que la carpintería, fabrica de nervios y la bloquera, fueron creadas a través de un crédito otorgado por el Fondo de Desarrollo Microfinanciero (Fondemi), y los comprometidos a cancelar el crédito nunca dieron la cara.
“Estas empresas estaban inoperantes por razones injustificadas, por ello nosotros tomamos las acciones para reactivar dos de ellas, la bloquera; que funcionará con los activos de la fábrica de nervios, actualmente operativa, y la carpintería. Esto se logró luego de agotar todos los recursos y las vías legales”, dijo Pérez.
Por su parte luz Vargas, vocera del órgano contralor del Consejo Comunal, señaló que a los responsables de pagar estos créditos se les hizo el llamado respectivo, para que justificaran el abandono de la empresa y la mora en la cancelación del préstamo.
“Se invitaron a cinco reuniones, a las cuales asistían algunos, gracias a la constancia que la comunidad tuvo en el caso, en esta última asamblea llegamos a un acuerdo donde los responsables se comprometieron en un acta a cancelar una cuota mensual”, acotó la vocera.
Finalmente los voceros informaron que la bloquera y la carpintería funcionarán en la sede de la casa comunal. Aprovecharon para exhortar a otros Consejos Comunales a realizar este tipo de acciones, para erradicar la corrupción que existe en muchas organizaciones sociales
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