El estudio, afirman, podría conducir a una prueba forense que determine el cabello de un sospechoso con los restos de ADN dejados en una escena de crimen.
La información posteriormente podría servir para refinar la descripción de un sujeto que es buscado por las autoridades.
Este avance, también podría diferenciar entre el pelo de colores similares, por ejemplo, entre pelirrojo y rubio rojizo o entre rubio y rubio oscuro, señalan los expertos.
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