El cobre alcanzó brevemente el jueves por primera vez en la historia el umbral de los 10.000 dólares por tonelada en la bolsa de metales de Londres (LME), en un mercado en el que la oferta tiene dificultades para responder a un consumo mundial robusto.
El precio de la tonelada de cobre para entrega en mayo llegó hacia las 09H20 GMT a 10.000 dólares exactos, un nivel sin precedentes, antes de retroceder nuevamente. Hacia las 11H30 GMT, el metal rojizo se cotizaba a 9.967 dólares.
A modo de comparación, en junio pasado tocó un mínimo anual a 6.037 dólares.
El cobre, que llevaba varios días flirteando con este umbral psicológico, estaba sostenido por un debilitamiento de la divisa estadounidense y una serie de datos macroeconómicos positivos en varios países, a lo que se han sumado los temores a los daños del ciclón Yasi en el noreste de Australia.
“El ciclón Yasi ha añadido presión a los precios del cobre, sobre todo después de que (el grupo minero suizo) Xstrata evacuara la principal mina en Australia en previsión de la llegada de la tormenta”, estimó el analista de Spread Co Ian O’Sullivan.
“Pero los principales factores han sido los datos de los índices industriales PMI en Estados Unidos, Europa y especialmente China, el mayor consumidor mundial de cobre, así como un dólar que se debilita”, agregó.
Estos índices, publicados en los últimos días, mostraron una aceleración de la actividad industrial, especialmente en Estados Unidos y China, pero también en la zona euro, donde también se registró una mejoría en los resultados de los países más frágiles, lo que suscitó cierto optimismo en cuanto a la recuperación económica mundial.
Los nuevos datos auguran, según los expertos, una demanda mundial robusta en 2011, a la que los productores, a la cabeza de los cuales está Chile, tendrán dificultades para satisfacer.
“Una recuperación de la demanda de cobre de los países de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (Ocde) combinada con una continua fuerte demanda de China parece la hipótesis más probable para el futuro”, estimó por su parte Filip Petersson, analista del banco SEB.
A esto se suma también la creciente demanda de otras potencias emergentes, como India o Turquía, a medida que aumenta su tasa de urbanización y la expansión de su infraestructura.
“Sin embargo, la oferta es considerablemente más débil”, precisó Petersson, destacando también los “escasos planes de nuevos proyectos mineros y el declive de la calidad del mineral”.
Los expertos estiman que esta diferencia entre el crecimiento de la demanda física de cobre, a la que se suma el interés de los inversores especulativos por este metal y el estancamiento de la oferta, debería conducir a un déficit creciente en el mercado.
Según el último informe del Grupo Internacional de Estudios sobre el Cobre (Giec), en los 10 primeros meses de 2010 se registró un déficit de producción de unas 400.000 toneladas, contra un superávit de 32.000 toneladas en el mismo periodo del año anterior.
Los analistas de JP Morgan estiman que el déficit podría aumentar hasta las 600.000 toneladas en 2011, lo que debería incrementar las tensiones y mantener la tendencia alcista de los precios.
“Los precios podrían aumentar todavía más la próxima semana cuando los chinos vuelvan al trabajo después de las celebraciones de Año Nuevo chino, y a largo plazo existen posibilidades de que lleguen a los 11.000 dólares por tonelada, o cinco dólares por libra en los próximos meses”, concluyó el analista de Spread Co. AFP.
El precio de la tonelada de cobre para entrega en mayo llegó hacia las 09H20 GMT a 10.000 dólares exactos, un nivel sin precedentes, antes de retroceder nuevamente. Hacia las 11H30 GMT, el metal rojizo se cotizaba a 9.967 dólares.
A modo de comparación, en junio pasado tocó un mínimo anual a 6.037 dólares.
El cobre, que llevaba varios días flirteando con este umbral psicológico, estaba sostenido por un debilitamiento de la divisa estadounidense y una serie de datos macroeconómicos positivos en varios países, a lo que se han sumado los temores a los daños del ciclón Yasi en el noreste de Australia.
“El ciclón Yasi ha añadido presión a los precios del cobre, sobre todo después de que (el grupo minero suizo) Xstrata evacuara la principal mina en Australia en previsión de la llegada de la tormenta”, estimó el analista de Spread Co Ian O’Sullivan.
“Pero los principales factores han sido los datos de los índices industriales PMI en Estados Unidos, Europa y especialmente China, el mayor consumidor mundial de cobre, así como un dólar que se debilita”, agregó.
Estos índices, publicados en los últimos días, mostraron una aceleración de la actividad industrial, especialmente en Estados Unidos y China, pero también en la zona euro, donde también se registró una mejoría en los resultados de los países más frágiles, lo que suscitó cierto optimismo en cuanto a la recuperación económica mundial.
Los nuevos datos auguran, según los expertos, una demanda mundial robusta en 2011, a la que los productores, a la cabeza de los cuales está Chile, tendrán dificultades para satisfacer.
“Una recuperación de la demanda de cobre de los países de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (Ocde) combinada con una continua fuerte demanda de China parece la hipótesis más probable para el futuro”, estimó por su parte Filip Petersson, analista del banco SEB.
A esto se suma también la creciente demanda de otras potencias emergentes, como India o Turquía, a medida que aumenta su tasa de urbanización y la expansión de su infraestructura.
“Sin embargo, la oferta es considerablemente más débil”, precisó Petersson, destacando también los “escasos planes de nuevos proyectos mineros y el declive de la calidad del mineral”.
Los expertos estiman que esta diferencia entre el crecimiento de la demanda física de cobre, a la que se suma el interés de los inversores especulativos por este metal y el estancamiento de la oferta, debería conducir a un déficit creciente en el mercado.
Según el último informe del Grupo Internacional de Estudios sobre el Cobre (Giec), en los 10 primeros meses de 2010 se registró un déficit de producción de unas 400.000 toneladas, contra un superávit de 32.000 toneladas en el mismo periodo del año anterior.
Los analistas de JP Morgan estiman que el déficit podría aumentar hasta las 600.000 toneladas en 2011, lo que debería incrementar las tensiones y mantener la tendencia alcista de los precios.
“Los precios podrían aumentar todavía más la próxima semana cuando los chinos vuelvan al trabajo después de las celebraciones de Año Nuevo chino, y a largo plazo existen posibilidades de que lleguen a los 11.000 dólares por tonelada, o cinco dólares por libra en los próximos meses”, concluyó el analista de Spread Co. AFP.
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