Los partidarios del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, comenzaron a utilizar armas de fuego contra la población. Hasta el momento, 12 personas murieron como consecuencia de los disparos, algunos realizados desde un puente que cruza uno de los laterales de la plaza de Tahrir.
Han sido disparos indiscriminados, con el objetivo sembrar el caos y evitar las concentraciones pacíficas en el centro de la capital. Algunas fuentes apuntan que los autores de los disparos son policías sin uniforme y presos que han sido liberados. Entre los fallecidos hay un ciudadano extranjero. La mayoría de las víctimas, con heridas en la cabeza, el pecho y las extremidades, fueron atendidas por ambulancias situadas en la zona. Además de los ocho fallecidos, se han registrado más de 15 heridos de bala.
En un nuevo intento de calmar la revuelta contra el régimen presidido por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, el vicepresidente del Gobierno, Omar Suleimán, intervino en la televisión pública para asegurar que ni Mubarak ni sus hijos serán candidatos a la elección en las próximas elecciones previstas para septiembre. Escasa propuesta para una situación de violencia ciudadana que amenaza con descontrolarse
El Ejército, aunque tímidamente, ha empezado a interponerse entre los partidarios del dictador y los manifestantes.
Ante la intervención puntual de los soldados, algunos enfrentamientos se están reproduciendo fuera de la plaza de Tahrir, aspecto que preocupa especialmente, dado que si se generalizan los actos violentos a otras zonas de la gigante urbe de El Cairo será prácticamente imposible que el Ejército pueda controlar la situación.
"De una u otra manera echaremos a Mubarak", es la consigna que claman los manifestantes que se niegan a abandonar la plaza de Tahrir hasta que dimita el dictador.
Aunque el vicepresidente de Egipto, Omar Suleimán, ha llamado a los partidos y a las fuerzas nacionales que se abra un diálogo, la oposición se niega a negociar hasta que Mubarak no desaparezca del mapa político egipcio.
Agresiones a periodistas
La inseguridad en las calles del centro de El Cairo es manifiesta. También para los periodistas que cubren las pugnas entre los partidarios de Mubarak y los que instan a un cambio político inmediato. Algunos partidarios de Mubarak han llegado a perseguir a los periodistas hasta los mismos hoteles donde se alojan y la policía ha realizado detenciones injustificadas de periodistas para evitar que informen del conflicto. Un equipo del programa de TV3 30 minuts han sido detenidos y conducidos con los ojos vendados a una comisaría, junto a otros periodistas.
Las fuerzas policiales son las primeras en no favorecer la labor de los profesionales de la información. Las enviadas especiales a Egipto del diario ABC y Punto Radio, Laura Caro, y la de la cadena COPE, Beatriz Mesa, también han sido detenidas y puestas en libertad más tarde. La corresponsal de TVE en Egipto, Rosa María Molló, ha sido agredida por partidarios de Mubarak.
(Periódico.com)
Han sido disparos indiscriminados, con el objetivo sembrar el caos y evitar las concentraciones pacíficas en el centro de la capital. Algunas fuentes apuntan que los autores de los disparos son policías sin uniforme y presos que han sido liberados. Entre los fallecidos hay un ciudadano extranjero. La mayoría de las víctimas, con heridas en la cabeza, el pecho y las extremidades, fueron atendidas por ambulancias situadas en la zona. Además de los ocho fallecidos, se han registrado más de 15 heridos de bala.
En un nuevo intento de calmar la revuelta contra el régimen presidido por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, el vicepresidente del Gobierno, Omar Suleimán, intervino en la televisión pública para asegurar que ni Mubarak ni sus hijos serán candidatos a la elección en las próximas elecciones previstas para septiembre. Escasa propuesta para una situación de violencia ciudadana que amenaza con descontrolarse
El Ejército, aunque tímidamente, ha empezado a interponerse entre los partidarios del dictador y los manifestantes.
Ante la intervención puntual de los soldados, algunos enfrentamientos se están reproduciendo fuera de la plaza de Tahrir, aspecto que preocupa especialmente, dado que si se generalizan los actos violentos a otras zonas de la gigante urbe de El Cairo será prácticamente imposible que el Ejército pueda controlar la situación.
"De una u otra manera echaremos a Mubarak", es la consigna que claman los manifestantes que se niegan a abandonar la plaza de Tahrir hasta que dimita el dictador.
Aunque el vicepresidente de Egipto, Omar Suleimán, ha llamado a los partidos y a las fuerzas nacionales que se abra un diálogo, la oposición se niega a negociar hasta que Mubarak no desaparezca del mapa político egipcio.
Agresiones a periodistas
La inseguridad en las calles del centro de El Cairo es manifiesta. También para los periodistas que cubren las pugnas entre los partidarios de Mubarak y los que instan a un cambio político inmediato. Algunos partidarios de Mubarak han llegado a perseguir a los periodistas hasta los mismos hoteles donde se alojan y la policía ha realizado detenciones injustificadas de periodistas para evitar que informen del conflicto. Un equipo del programa de TV3 30 minuts han sido detenidos y conducidos con los ojos vendados a una comisaría, junto a otros periodistas.
Las fuerzas policiales son las primeras en no favorecer la labor de los profesionales de la información. Las enviadas especiales a Egipto del diario ABC y Punto Radio, Laura Caro, y la de la cadena COPE, Beatriz Mesa, también han sido detenidas y puestas en libertad más tarde. La corresponsal de TVE en Egipto, Rosa María Molló, ha sido agredida por partidarios de Mubarak.
(Periódico.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario