La Comisión Europea relanzó este miércoles un controvertido proyecto para armonizar parcialmente las reglas del impuesto de sociedades en los 27 países de la UE, coincidiendo con nuevas presiones sobre Irlanda para que eleve el suyo, entre los más bajos del continente.
Se trata de crear un régimen común que permita calcular la base imponible de las empresas que ejercen su actividad en Europa y acabe con el mosaico de 27 administraciones fiscales diferentes, cada una con sus propias reglas.
Con este régimen "sería más fácil, más económico y más práctico para las empresas llevar a cabo sus actividades en la Unión", subrayó el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta.
Según los cálculos de Bruselas, con esa armonización las empresas podrían ahorrarse en conjunto cada año uno 700 millones de euros (975 millones de dólares) en gastos relacionados con su adaptación a los sistemas nacionales.
También permitiría la posibilidad de hacer una sola declaración fiscal para el conjunto de sus actividades en la Unión Europea (UE), cuyos países se repartirían la base imponible, aplicando cada uno su impuesto de sociedades.
El proyecto es apoyado especialmente desde hace años por Francia y Alemania, pero rechazado por Irlanda, que ve en él un primer paso hacia la armonización del impuesto de sociedades.
Dublín aplica una tasa de 12,5% frente a una media en la Eurozona de 25,7%, 29,8% en Alemania y 34,4% en Francia.
Pero Berlín y París, que acusan al gobierno irlandés de 'dumping' fiscal y de alentar las deslocalizaciones de las empresas europeas a su país, han encontrado ahora una forma de presionarlo junto a otros socios europeos.
Irlanda fue rescatada de la bancarrota en 2010 gracias a un préstamo de 85.000 millones de euros de sus socios de la Eurozona y del Fondo Monetario Internacional y cuyas condiciones el nuevo primer ministro, Enda Kenny, quiere ahora mejorar con una bajada del tipo de interés.
En contrapartida de esa concesión, la zona euro reclama a Irlanda que acepte armonizar la base imponible del impuesto de sociedades, algo que será abordado en la próxima cumbre europea del 24 y 25 de marzo en Bruselas.
Kenny reafirmó empero esta semana que "no cederá" y que ambos asuntos son "independientes".
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