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lunes, 28 de marzo de 2011

El científico que envió cartas con ántrax en 2001 tenía problemas mentales

El panel creado para analizar los archivos médicos del científico Bruce Ivins, acusado de enviar cartas con ántrax en 2001, concluyó que tenía problemas mentales y que este factor debería haber hecho saltar las alarmas.

El FBI publicó hoy los resultados de esta comisión que fue constituida en 2009 a petición de una Corte Federal, después de que Ivins se suicidara en agosto de 2008 cuando estaba a punto de afrontar cargos por los ataques en los que murieron cinco personas.

El microbiólogo trabajó durante 18 años en el principal laboratorio del Ejército sobre investigación bioterrorista en la base militar de Fort Detrick, Maryland, sin que nadie sospechara que podría tener problemas psicológicos.

"Ivins, un meticuloso científico, también era muy cuidadoso con la información que compartía de sí mismo", indica el informe que añade nuevos detalles sobre la "excéntrica" y reservada vida del biólogo que tenía algunas obsesiones que ocultaba a su entorno.

Los expertos concluyeron que "el doctor Ivins estaba dispuesto psicológicamente a realizar los envíos, su historial de actuación demostró su potencial para llevarlos a cabo; tenía la motivación y los medios".

Durante la investigación criminal las autoridades señalaron que el móvil del biólogo pudo haber sido conseguir financiación adicional para una vacuna contra el ántrax. También se descubrió que había tenido acceso a las instalaciones en las que trabajaba fuera de sus horas laborales, sin informar a sus superiores.

El panel se mostró sorprendido por "la habilidad de Ivins para tener una vida paralela".

"Para la mayoría de sus colegas y conocidos, Ivins era un excéntrico, persona socialmente torpe e inofensiva, un bacteriólogo querido que hacía malabares en las fiestas, tocaba el piano en la iglesia y escribió poemas inteligentes para salir con colegas", señaló.

"Eso es precisamente lo que Ivins quería mostrar. Cultivó un personaje benigno que ocultaba sus obsesiones y pensamientos criminales", dice el documento, que agrega que tuvo una "traumática y extraña infancia", en la que vio cómo su madre apuñaló a su padre.

En su informe de 285 páginas, el panel señaló que "un hombre como él, que había reincidido en violar la seguridad e incluso cometido robos sin haber sido atrapado, podría haber tenido poca dificultad en enviar las cartas tarde por la noche o temprano por la mañana".

Aunque inicialmente los compañeros del científico cuestionaron que fuera culpable, el Gobierno le acusó formalmente como "único responsable" de los envíos que incluyeron varios edificios públicos y las oficinas de los senadores Tom Daschle y Patrick Leahy.

El panel consideró que Ivins llevó a cabo los ataques para vengarse de una serie de supuestos enemigos, incluyendo a los senadores y varios medios de comunicación, así como para sentirse importante.

El panel recomendó que en los lugares donde se trabaja "con material de alto riesgo deben asegurarse de que la supervisión, documentación y comunicación entre las agencias debe tener la prioridad que merece".

El envío de las cartas contaminadas con la bacteria de ántrax se produjo poco después de los atentados terroristas perpetrados el 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York, lo que agravó el estado de psicosis que reinaba en el país.

Durante meses la investigación del FBI se centró en otro científico de Fort Detrick, Steven Hatfill, que tuvo que ser indemnizado con 4,6 millones de dólares.

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