Expertos de siete países de Iberoamérica que discuten en la ciudad dominicana de Santiago (norte) los efectos de terremotos en América Latina consideraron hoy que es importante fortalecer las estructuras físicas de la región y educar con efectividad a su población.
En el cónclave participan sismólogos y profesores universitarios de República Dominicana, Estados Unidos, España, Chile, Colombia, Perú y Puerto Rico.
Los expertos dijeron que la mayor preocupación la constituye la fragilidad de muchas edificaciones de lugares como la isla La Española, que comparten Haití y República Dominicana, por lo que se hace necesario fortalecerlas acompañadas de una efectiva campaña ciudadana sobre la forma de prevenir daños mayores si se presenta un sismo.
El profesor de geología de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de República Dominicana, Orlando Franco, y Rafael Corominas Pepín, miembro y fundador del Instituto de Gestión de Riesgo, dijeron que La Española necesita una evaluación urgente de muchas edificaciones públicas y privadas, entre las que destacó escuelas y hospitales.
Los sismólogos recordaron que el terremoto que afectó el año pasado a Chile fue de 8,8 grados y el número de víctimas fue muy bajo, y que la mayoría de las muertes que se produjeron fue por el tsunami posterior, mientras el de Haití fue de 7,0 grados y murieron al menos 300.000 personas y una cantidad mayor resultaron heridas y desaparecidas y 1,5 millones de personas quedaron sin hogar.
En ese contexto, expresaron que si en Haití hubiera existido una sólida infraestructura y la gente estuviera educada el número de muertos y las destrucciones habrían sido mucho menores.
Franco recordó que en Chile una niña de 12 años entrenada para la prevención de desastres sísmicos salvó cientos de vidas durante el terremoto y que ese ejemplo debe ser imitado por otros países de América Latina de alto riesgo sísmico.
Manifestó que Puerto Rico está amenazado con un maremoto que indiscutiblemente afectaría, aunque con menor escala a la República Dominicana, por lo que sus autoridades se están preparando y educando a su gente, mientras lo contrario sucede en territorio dominicano.
De su lado, Corominas Pepín se mostró preocupado porque gran parte de las obras existentes en República Dominicana fueron construidas en los Gobiernos del dictador Rafael Leonidas Trujillo y Joaquín Balaguer y que se hicieron sin la aprobación de códigos sísmicos para su regulación.
Las apreciaciones de Franco y Corominas fueron secundadas por Jay Palliam, de la Universidad de Texas, Estados Unidos, quien analizó la peligrosidad tectónica y sísmica de La Española; el puertorriqueño Víctor Huerfano y el colombiano José Arcila, quienes entienden necesario el monitoreo sísmico y la alerta temprana para cuando se presenten estos impredecibles eventos telúricos la gente tenga una orientación precisa de lo que debe hacer.
Los sismólogos coincidieron al expresar que el propósito de la actividad que se clausura mañana es llamar la atención para que comience a superarse la vulnerabilidad de muchos municipios de República Dominicana y otras naciones del Caribe y América Latina.
El alcalde de Santiago, Gilberto Serulle, que auspicia junto a otras instituciones locales el cónclave, declaró que con ello se busca lograr una ciudad más segura para los que habitan aquí y las personas que la visitan, ante eventos de la naturaleza como terremotos.
“Ante los riesgos que existen en este país, geológicos y climáticos, que pueden generar desastres, es necesario trabajar unidos para reducir la vulnerabilidad social y estructural de los municipios y ciudades“, insistió el alcalde.
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