Influenza: ¿ Qué son y cuál es el riesgo de las nuevas gripes emergentes?
A, B, C. H1N1, H5N1, H3N2, H2N2, H9N2, y pare usted de contar. Pero, ¿Qué significan esas designaciones y cuál es el peligro, si a todos nos da gripe una vez al año?
La gripe que nos da normalmente es producida por los virus de la influenza humana estacional (típicamente de los tipos A y B) y raramente produce fatalidades en adultos sanos.
El problema con la influenza es que ésta no es exclusiva de humanos, existen también virus influenza de aves, cerdos, caballos y mamíferos marinos. En estos animales, las gripes actúan de forma muy parecida a como lo hacen en los seres humanos, y del mismo modo, muy rara vez son fatales.
El peligro de la influenza se genera cuando un mismo animal o persona se infecta con varios virus de diferentes especies, ya que esto puede dar origen a una “cepa recombinante”, es decir, un “híbrido” de los virus que ocasionaron la infección original. Son estos nuevos “híbridos” los que pueden convertirse un grave riesgo para la salud, tanto en humanos como en animales.
Riesgo real: La influenza estacional tiene unos niveles de mortandad menores a 0,1%, siendo los niños menores a dos años, los adultos mayores a 65 y las personas con afecciones respiratorias o del sistema inmune las de mayor riesgo. Anualmente, la influenza estacional afecta entre 5 y 15% de la población mundial, con unos cinco millones de casos severos y 250.000 a 500.000 muertes. La epidemia de H1N1 del 2009 dejó un total de 14.286 fatalidades a nivel mundial.
Entonces… ¿Cuál es el escándalo? ¿Por qué la angustia y la cobertura masiva de los medios?¿Fue una falsa alarma? En realidad, lo que ocurrió es que el índice de casos severos y de fallecimientos en adultos sanos en Méjico, al inicio de la pandemia, eran realmente preocupantes, y la mortandad inicial se ubicaba entre el 1 y 2%. De haberse mantenido el escenario inicial, estaríamos hablando de 50 a 60 millones de personas severamente afectadas y 5 millones de muertos alrededor del mundo. Esta posibilidad causó un gran miedo en la población general, que al verse el curso que tomó posteriormente la pandemia, pareció totalmente injustificado.
La gran preocupación de los epidemiólogos era (y sigue siendo) que una de estas cepas emergentes altamente contagiosas y de propiedades infectológicas desconocidas se combine con una cepa de bajo contagio y alta mortalidad, como se cree que ocurrió con la pandemia de influenza de 1918. Ésta causó afecciones severas a la tercera parte de la población mundial, y una mortalidad de 3 a 6%, es decir, 50 a 100 de los 1.800 millones de personas que habitaban el globo en esa época.
Las medidas a tomar durante una alerta epidemiológica de influenza son sencillas, pero lo mejor es mantener la calma, y seguir las indicaciones de prevención.
Medidas para prevenir el contagio de influenza:
Taparse la nariz y la boca con un pañuelo al toser y estornudar, ya que las partículas de humedad son el medio de transmisión del virus.
Lavarse las manos regularmente, especialmente después de toser o estornudar, y evitar el contacto de las mismas con ojos, nariz y boca cuando no estén limpias.
Minimizar el contacto casual con otras personas (especialmente los besos, abrazos y apretones de mano).
No se ha comprobado que el uso de mascarillas prevenga el contagio, pero sirve de recordatorio para las medidas anteriores.
Es importante recordar que, si bien es cierto que la vacunación contra la influenza estacional no dará inmunidad contra la cepa emergente, ésta minimizará las posibilidades de un contagio por más de un tipo de virus de influenza, y a su vez, esto disminuirá la posibilidad de la aparición de un virus recombinante, híbrido de las varias cepas que ocasionaron el contagio inicial.
VER VIDEOS:
http://www.youtube.com/watch?v=nx0M9WdrnPY
http://www.youtube.com/watch?v=Plc3Hz4Eqqo&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=ct2w30QoFEE&feature=related
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