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La intervención militar en Libia provocó un gasto suplementario de 550 millones de dólares para el departamento estadounidense de Defensa, a lo que deberían sumarse otros 40 millones en las siguientes tres semanas, informó el martes el Pentágono.
Entre el 19 y el 28 de marzo, las municiones, las horas de vuelo suplementarias y el consumo adicional de combustible para los aviones y barcos estadounidenses provocaron un costo extra de 550 millones de dólares, dijo a la AFP Kathleen Kesler, portavoz del Pentágono y capitana de fragata.
“Cerca de 60% de los costos suplementarios se deben a las municiones”, que fueron empleadas contra las fuerzas fieles al líder libio Muamar Gadafi, explicó.
“Los costos a futuro son muy inciertos. Pero prevemos un costo adicional de cerca de 40 millones de dólares para las tres semanas siguientes, a medida que se vayan retirando las fuerzas estadounidenses y que la OTAN asuma el control”, dijo la capitana Kesler.
Estados Unidos, que coordinaba las operaciones de la coalición, debe terminar de delegar el control de la intervención internacional a la OTAN el jueves.
En total, Estados Unidos disparó 192 misiles de barco Tomahawks de los 199 que fueron lanzados contra la defensa antiaérea y los puntos de control libios.
Cada Tomahawk cuesta cerca de 1,5 millones de dólares, estimó el martes el jefe militar de la OTAN, el almirante estadounidense James Stavridis, ante la Comisión de Defensa del Senado, lo que representa, en total, un costo de cerca de 300 millones de dólares.
Además, Estados Unidos lanzó 455 bombas guiadas por láser de las 602 utilizadas por la coalición durante este período.
El jefe del estado mayor de la Marina estadounidense, el almirante Gary Rouhghead, había explicado la semana pasada que el aumento de los costos era insignificante.
“Como nuestras fuerzas estaban ya sobre el terreno, estos costos fueron absorbidos. Ya pagué por eso”, explicó.
Rouhghead minimizó además el costo que provocaría el uso de los misiles Tomahawk: “Hay suficientes (misiles) para reemplazarlas en nuestras reservas”, pues según él el arsenal estadounidense cuenta con más de 3.000 Tomahawk.
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