Un recluso de una cárcel belga pagó 45.000 euros a un guardia por su complicidad en un intento de fuga, para el que el preso se armó de un falso cinturón de explosivos y simuló secuestrar al funcionario, según publica hoy la prensa de este país.
El preso Henri Francotte logró escapar el pasado día uno de febrero de la cárcel de Jamioulx (sur de Bélgica) tras sobornar a un funcionario de prisiones, en un nuevo episodio de una larga lista de intentos de fuga en las cárceles belgas durante los últimos años, según recoge hoy el diario "L"Avenir".
El recluso, que fue detenido después de la fuga, se atavió con un falso cinturón de explosivos elaborado con sábanas y latas de refresco, y utilizó al guardia Patrice G. como rehén para escaparse del centro penitenciario.
Según el preso, el funcionario de prisiones "era muy consciente de lo que sucedía, y su papel era servir de escudo humano", una versión que fue confirmada por las grabaciones de las cámaras de vigilancia, señala el citado periódico.
Las cintas muestran cómo Patrice G. entró "con calma" en la celda de Francotte antes del falso secuestro, algo para lo que sólo está autorizado el jefe de área del centro, añade "L"Avenir".
El funcionario está detenido por colaboración en la fuga desde el pasado 3 de febrero, mientras que el recluso continuará en prisión, según la decisión tomada ayer por un tribunal de Charleroi.
La seguridad de las cárceles belgas ha sido muy cuestionada en los últimos años debido a los incidentes en los centros y a numerosos intentos de fuga con métodos que van desde la evasión en helicópteros hasta la simple huida a través de la puerta principal del penal.
EFE
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