Real Madrid derrotó 2-0 a un Hércules elegante al que le faltó pegada, con un doblete de Karim Benzema en un encuentro en el que ofreció lo justo en una semana marcada por el duelo europeo ante el Olympique de Lyon, por el que José Mourinho reservó a su columna vertebral.
Unas horas después de denunciar una Liga adulterada en la enésima queja de Mourinho por el calendario, saltó al Santiago Bernabéu quitando de su equipo tres jugadores claves. Los que marcan un estilo. A la ausencia de Cristiano Ronaldo, que llegaba recién recuperado de su lesión muscular y optó por no forzarle, sumó las suplencias de Pepe y Xabi Alonso.
Castigó la valentía del Hércules. Un equipo con buen gusto, que comenzó mostrando calidad en el toque, imaginación gracias a la calidad del canterano Kiko Femenía pero como un flan en defensa. Un saque de esquina preciso de Granero y un desmarque de Di María que, escorado, no acertó en el mano a mano ante Calatayud, mostraban la endeblez.
Pero Esteban Vigo no había llegado al Bernabéu para encerrar a su equipo. Salió a por el triunfo por la necesidad de puntos para salir del descenso. Con el veterano Farinós asumiendo galones en la medular, bien arropado, y Portillo en punta peleando todas. Probaron a Casillas en dos disparos blandos del canterano madridista mientras Kiko se divertía como jugando en el salón de casa. Taconazos, verticalidad y un descaro impropio para un chico de su edad.
Los equipos grandes y los futbolistas mágicos tienen la formula para aparecer en un segundo y decidir. Lo hizo Özil para ver el desmarque de Arbeloa en banda derecha, que apuró al máximo para con un preciso pase de la muerte regalar el gol a Benzema.
Se adentra en su mejor momento el francés. Seis goles en tres partidos antes de la cita que marca una temporada. Encuentra su hueco a espaldas del 9. Las ausencias de Cristiano demuestran que Adebayor es su complemento ideal. Mourinho tiene complicado elegir el ataque para romper la maldición de octavos ante el Lyon.
Evitó la sentencia Calatayud en minutos de incertidumbre del Hércules, sacando un cabezazo de Adebayor tras un nuevo centro preciso de Arbeloa. Despertaron en la recta final del primer tiempo para dar trabajo a Casillas. Estirada ante un buen remate de Thomert y ante un disparo de Kiko tras un plástico eslalon. Marcelo, superado en defensa, le vio pasar.
Salió dispuesto a matar el partido el Real Madrid tras el descanso. No se habían cumplido 25 segundos cuando Adebayor enganchó en un gesto brillante con la derecha un pase en profundidad de Di María. El larguero repelió el disparo. Una nueva madera del equipo que más se estrella en los palos con 17.
Y volvió a aparecer Benzema. Primero con una "delicatessen" tras un balón picado de Di María que controló con un sombrero a un defensa y un disparo que sacó Calatayud. Y sentenciando con un bello gol, en un recorte a su marcaje y un derechazo imparable, ajustado al palo.
Mantiene el pulso por la Liga el equipo de Mourinho a la espera del partido en Sevilla del Barcelona. El madridismo ya espera una de esas noches europeas que marcan un año.
EFE
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