Ha sido filmado mientras se entrena en el Artico, aparece con una mirada provocativa en una revista masculina y es perseguido por legiones de mujeres jóvenes que unos cuantos años antes habrían andado a la caza de su hermano mayor.
Con toda la atención que recae en el príncipe Enrique, podría llegar a olvidarse que el príncipe Guillermo es quien está por casarse.
“Es un tipo formidable, es un hombre de acción y obviamente se la pasa muy bien”, apuntó Robert Johnston, editor asociado de la revista GQ, la cual publicó en su portada un fotografía en blanco y negro del príncipe Enrique, de 26 años. “Es un resultado muy poderoso
En la edición de esta semana, la publicación muestra a un príncipe reflexivo de mandíbulas sobresalientes y cabellera desordenada. La información principal de GQ relata una destacada expedición polar del príncipe Enrique con la organización Walking With The Wounded (Caminando con los heridos) que realiza obras de caridad para los veteranos de guerra lesionados.
La labor de la organización ha ocupado espacios importantes de la televisión, dados muchos otros asuntos de interés como las crisis de diversa naturaleza que asuelan a varios países del Medio Oriente y del norte de Africa, así como a Costa de Marfil y Japón.
Los equipos de televisión han seguido al príncipe Enrique mientras participa en un extenuante entrenamiento en el Artico, se sumerge en aguas gélidas y realiza caminatas fatigantes entre la deslumbrante nieve del archipiélago noruego de Svalbard.
Las imágenes instantáneas de Enrique con elegantes gafas de sol y una barba de días han tenido una mejor presencia que las de su hermano mayor, ya con indicios de calvicie.
Las admiradoras de la monarquía británica han notado la diferencia.
“Guillermo es un poco más parecido a (su padre, el príncipe) Carlos, más serio. Enrique se parece un poco más a Di”, su popular y seductora madre, dijo la camarera Katie Steward, de 44 años, quien espera ver la procesión de la boda real el 29 de abril.
Steward le resta cierto encanto a Enrique por su carácter rebelde, pero su amiga, Emma Dunthorne, una profesora asistente de 42 años, resume su apreciación. “A todas les gustan los chicos malos”, dijo.
No es raro que los hermanos menores en la realeza reciban una atención más voluptuosa que sus parientes más cercanos al trono.
El príncipe Andrés fue siempre visto como un conquistador parrandero que su hermano mayor, el príncipe Carlos. La hermana menor de la reina Isabel, la difunta princesa Margarita, fue un símbolo de la moda en la década de 1950, que contrastaba con el estilo conservador y de buen gusto de la soberana.
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