Un estudio ha confirmado que algunos padres que atraviesan una crisis de depresión son más propensos a pegar a sus hijos o a ser más descuidados con ellos que aquellos que están mentalmente sanos, incluso cuando los niños son pequeños y gatean.
El estudio, bautizado como Familias Frágiles y Bienestar del Niño, ha evaluado a más de 5.000 niños que nacieron en EEUU entre 1998 y el 2000, con cuestionarios realizados a los padres cuando sus hijos tenían un año de edad.
Resultado:
• El 41% de los padres deprimidos informaron que habían pegado a su hijo en el último mes, frente al 13% de los padres no deprimidos.
• Los padres afectados por una depresión tenían menos de la mitad de probabilidades de leer cuentos a sus hijos tres o más veces por semana en comparación a los padres sanos.
El Dr. R. Neal Davis, uno de los responsables del estudio: Los síntomas depresivos en los padres podrían afectar negativamente la forma en que interactúan con sus hijos [...] un niño de un año no está en una fase de desarrollo apta para conectar los puntos, por lo que no puede relacionar un azote con cualquier comportamiento que haya tenido.
Es decir, que si el azote tiene como objetivo educar, no se va a conseguir nada, porque los niños de un año no crean la asociación entre un comportamiento realizado y el azote consecuente.
Lo más recomendable es que los padres que se encuentren en esta situación busquen ayuda, ya que de su estabilidad emocional depende la salud de su hijo.
Fuente: Healthfinder
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