Los controles a la entrada de capital exterior deberían ser un último recurso para los países emergentes, que antes deben dejar apreciar su moneda, según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgado este martes.
Por primera vez en su historia, el Fondo acepta que imponer barreras a la entrada de capitales puede ser una herramienta de política macrofinanciera, en un momento en que los países emergentes son el motor del crecimiento mundial.
Pero antes de imponer impuestos a la entrada de esos flujos, o aplicar medidas de retención para que el dinero inversor no desequilibre la balanza corriente del país, las autoridades deben pensar en otras medidas, sugiere el Fondo, cuyo informe suscitó amplios debates en el seno de su consejo de administración.
Tras analizar la experiencia de seis países emergentes, entre ellos Brasil y Perú, el Fondo sugiere permitir la apreciación de las monedas nacionales, comprar divisas para "esterilizar" su impacto en el mercado interno y bajar tasas de interés siempre que sea posible, al mismo tiempo que se endurece la política fiscal.
Si todas esas medidas precautorias no funcionan, los países pueden utilizar "medidas de control de flujo de capital", explica el Fondo en su texto.
Brasil aplica varias medidas para penalizar la excesiva entrada de capitales externos en sus mercados, entre ellas un impuesto a las actividades financieras que actualmente está en el 6%.
Esas recomendaciones generaron un amplio debate entre los 24 países o grupos de países presentes en el consejo de administración.
Para "una parte" de esos accionistas, es necesario un debate "posterior" sobre esas recomendaciones. Una "mayoría importante" se opone a ello, según el texto.
"El control de los flujos de capital es un área en la que históricamente el Fondo ha tenido dificultades para hallar consenso", reconoció el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, en la introducción del informe.
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