La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien fue guerrillera durante la dictadura militar (1964-85), se convirtió el martes en la primera mujer en recibir las más altas condecoraciones de las Fuerzas Armadas, justo cuando el país debate crear una Comisión de la Verdad sobre el régimen militar.
Las condecoraciones de "Maestro de la Gran Orden del Mérito" del Ejército, la Marina, la Aeronáutica y el Ministerio de Defensa son otorgadas a los presidentes cuando asumen el cargo.
"Con orgullo constato la evolución democrática de la sociedad brasileña. Un país que cuenta como Brasil con Fuerzas Armadas caracterizadas por un estricto apego a sus obligaciones constitucionales, es un país que corrigió sus propios caminos y alcanzó un elevado nivel de madurez institucional", expresó Rousseff.
En consonancia con el gobierno anterior, la presidenta mantuvo el compromiso de equipar y modernizar a las Fuerzas Armadas y desarrollar la industria bélica nacional. "La defensa no puede ser considerada elemento menor en la agenda nacional", afirmó.
El evento celebrado en el Palacio Presidencial es "una prueba de madurez muy grande del país y de que las Fuerzas Armadas tienen un compromiso con el Estado de Derecho", dijo a la AFP José Genoino, un ex guerrillero, alto cargo del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), y que asesora al ministro de Defensa.
En su juventud, Rousseff participó de grupos insurgentes durante la dictadura y documentos mantenidos en secreto oficial durante 40 años la definían como una "Juana de Arco de la subversión".
"Yo tenía 19 años. Pasé tres años en la cárcel. Fui bárbaramente torturada (...) siento inmenso orgullo" de esa parte de "mi biografía", expresó Rousseff en una comparecencia en el Congreso cuando era ministra del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva.
El evento de este martes coincide con el trámite en el Congreso de un proyecto gubernamental para crear una Comisión de la Verdad que investigue las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura (1964-1985). Ese proyecto levantó fuerte oposición de los militares durante el gobierno de Lula.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó a Brasil en noviembre que aclare y determine las responsabilidades penales y aplique sanciones por la detención arbitraria, tortura y desaparición forzada de guerrilleros. La Corte Suprema brasileñ
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