Se terminaron los bistecs, ahora hay que dar lugar a los grillos, gusanos y otros gorgojos para "nutrir a las grandes megalópolis desde Tokio a Los Ángeles pasando por París": es el sueño un poco descabellado de un responsable de la ONU que propone un proyecto de cría de insectos con fines alimenticios en Laos.
"La mayoría de la población mundial va a vivir a la ciudad. Intentar alimentar con proteínas al planeta entero con cría de ganado no funcionará", estima Serge Verniau, responsable de la agencia de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO) en Vientián, capital de Laos.
El hombre sabe que su actitud es provocadora. Pero su esperanza es real y pretende compartir la idea en una gran conferencia mundial de la FAO sobre los insectos comestibles, probablemente en 2012.
No será casualidad si Laos, uno de los países más pobres del planeta, acoge este proyecto piloto de cría de insectos, puesto que allí casi un cuarto de los seis millones de habitantes y cerca del 40% de los niños menores de cinco años sufre malnutrición.
Los insectos, muy ricos en proteínas y vitaminas, pueden subsanar estas carencias. De hecho, ya son parte de la cultura alimenticia del país. Se comen en "snacks", asados o fritos.
El problema es que los habitantes de Laos "no saben como multiplicarlos, simplemente los recogen de la naturaleza, los comen y luego no hay más", explica Oudom Phonekhampheng, decano de la facultad de agricultura de la universidad nacional de Laos.
Desde un modesto laboratorio de las afueras de la capital, los estudiantes de esta universidad recaudan datos científicos sobre este nuevo tipo de cría.
Cuidan a los grillos domésticos, cuya cría ya está expandida en la vecina Tailandia, pero también hacen pruebas con los gusanos de la harina, los gorgojos de las palmeras y las hormigas tejedoras apreciadas por sus larvas.
Según Yupa Hanboonsong, entomólogo tailandés que supervisa el proyecto de la FAO, esta iniciativa tiene como objetivo mejorar el régimen alimenticio reduciendo los costos pero manteniendo la calidad.
Hasta ahora, la veintena de criadores de insectos de Laos alimenta a sus grillos con comida para pollos, al igual que se hace en las miles de granjas tailandesas. Pero Laos tiene que importar estos alimentos, y eso le resulta muy caro.
Frente a este problema, las verduras o los desechos de la producción de la cerveza nacional, BeerLao, pueden servir de solución asegura Yupa, quien pretende "formar a todo el país".
Por otro lado, además de servir como medio de lucha contra la malnutrición, esta nueva actividad puede también "generar ingresos" para los campesinos, añade Yupa.
Tal es el caso de Phouthone Sinthiphanya, de 61 años, quien encontró en la cría de insectos un medio para completar su modesta jubilación de la industria del tabaco que recibe desde 2007. Vende su kilo de insectos vivos a 60.000 kips (5,20 euros), y la misma cantidad hervida a 50.000 kips (4,30 euros).
Sus 27 tanques cilíndricos de hormigón de unos 50 centímetros de altura instalados en el jardín de su casa en Vientián producen 67 kilos de grillos cada dos meses, explica el hombre, y subraya hasta que punto es "fácil" hacer que estos pequeños animales se multipliquen.
La única contra que tienen es que sus cantos pueden molestar a los vecinos. Fuera de eso, los grillos no necesitan ni mucho espacio ni muchos recursos naturales. Provocan "menos daños al medioambiente, son una proteína verde", insiste Yupa.
Laos y otros países en desarrollo podrían aprovechar de sus cualidades nutritivas y medioambientales. Por ejemplo, se puede agregar "polvo de grillo" a las galletas enriquecidas distribuidas en zonas difíciles, aconseja Verniau.
Aunque el responsable del proyecto tampoco se desespera por poner fin a las reticencias de los occidentales. "¡Cuando miras bien, un camarón gris o un grillo, tienen el mismo aspecto!, concluye.AFP
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