El partido del presidente yemení, Ali Abadalá Saleh, aceptó el plan propuesto por los países del Golfo para poner fin a la crisis después del sí condicionado de la oposición, pero los manifestantes de la calle no quieren negociar y exigen la salida inmediata del jefe del Estado.
“Hay consenso para rechazar esta iniciativa”, declaró el domingo Abdel Malik Al Yusufi, uno de los dirigentes de los manifestantes que acampan en la plaza de la Universidad en Saná, epicentro de la protesta.
Los jóvenes protagonistas de estas manifestaciones, como otras en todo Yemen, están muy determinados al cambio de régimen sin por ello declarar preferencia política alguna y al parecer actuando independientemente de los partidos políticos tradicionales.
“La iniciativa de los países del Golfo aborda el problema como si fuese una crisis entre dos partidos políticos, si hemos salido a las calles es para pedir un cambio global”, agregó Yusufi.
Ahmed al Wafi, otro dirigente de la contestación en Taez, segunda ciudad del país (suroeste) y uno de los focos principales de las manifestaciones, estimó que el presidente Saleh, en el poder desde hace 32 años, sólo trata de “ganar tiempo”.
“Los jóvenes sólo aceptarán una salida inmediata de Saleh y no están implicados en ninguna negociación”, declaró a la AFP, afirmando que la oposición parlamentaria “terminará por seguir a los manifestantes”.
“Nos mantendremos en los lugares de la protesta y tenemos la intención de reactivar la contestación pacífica”, dijo.
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