EL CLARIN- El viento sopló fuerte en el grupo Pescarmona y no sólo por los molinos que generan la energía eólica, uno de sus focos de negocios. Es que con la aparición de China como un fuerte competidor en el negocio de los puentes grúas, Enrique Pescarmona decidió retirarse de ese segmento y apostar a las energías alternativas. Y así se convirtió aceleradamente en el líder de América Latina. Ya desarrolló un parque eólico en Vietnam, otro en la provincia de La Rioja, pero su verdadero objetivo es Brasil, donde contabiliza una planta industrial y 31 parques. Por de pronto, trasladó parte del centro de decisiones del grupo hacia el país vecino. Sus hijos Luis y Lucas, además de su máximo ejecutivo en Finanzas, Julio Dreizzen, empacaron y se mudaron a San Pablo.
Aunque aún le quedan casi tres años de plazo, Panamerican Energy , compañía que comparten la familia Bulgheroni y la petrolera china CNOOC , está imaginando un nuevo nombre para Esso , su más reciente adquisición. En este proceso, también decidieron retirarse de algunos negocios que al final dan pérdida. Es el caso del gasoducto que se tendió sobre el lecho del Río de la Plata para llevarle el gas argentino a Uruguay. Con la caída de la producción local, apenas se transporta el combustible y Uruguay tuvo que dejar de lado sus ambiciosos proyectos para que los hogares contaran con el servicio de gas por redes. La novedad es que uno de los más interesados en adquirir el gasoducto, considerado estratégico, es la brasileña Petrobras . De este modo, es probable que el gas que reciban en el futuro los uruguayos sea brasileño. El gasoducto –bautizado Cruz del Sur – es una obra de ingeniería inaugurada en 2002, cuando Eduardo Duhalde era presidente, y cuenta con una capacidad para transportar 2 millones de metros cúbicos de gas por día. El consorcio aún lo integran la uruguaya Ancap , con el 20%; British Gas, con 40%; PAE, con el 30%; y la alemana Wintershall, con el 10% restante.
Cuando lo designaron ministro de Economía en abril de 2002, Roberto Lavagna vendió su parte de Ecolatina a Alberto Paz, el socio de toda la vida. Este año, Paz también emigró de la consultora, que figura en el listado de las castigadas por el Gobierno, y en la actualidad se dedica a la asistencia estratégica de las empresas. Ecolatina quedó al frente de los hijos de los fundadores, Marco Lavagna y Santiago Paz. Por cierto, sus padres tampoco terminaron de separarse del todo: Alberto Paz acaba de unirse a Roberto Lavagna en un flamante centro enfocado en las investigaciones económicas.
Todos los años la consultora Booz & Company realiza un estudio sobre los CEO de las 2.500 mayores empresas del mundo. En 2010 notaron una menor tasa de rotación de los altos mandos, pese a que la presión de los accionistas es más alta que nunca. Una de las cosas que descubrieron es que los CEO subieron en edad: el promedio es de 52 años versus los 50 registrados en el año 2000, “lo que sugiere que los accionistas han vuelto a privilegiar la experiencia”, señalaron. Otro dato que surgió es que la mayoría de las sucesiones se definen dentro de las propias compañías. Notaron que los CEO están mucho más involucrados en los procesos operativos de las compañías. Ariel Fleichman, socio de Booz en la Argentina, destaca, sin embargo, que el grado de rotación en los países emergentes es mayor. Es decir, de cada 100 CEO, 12 cambian cada año y duran menos en el puesto, “porque el desgate es muy rápido”.
Próximamente la FAO , la organización de Naciones Unidas para la lucha contra el hambre, decide su nueva conducción. El ex presidente brasileño Lula está haciendo campaña por Graciano da Silva. Y un puñado de argentinos, entre los que se destacan Mariano Winograd y Fabio Qetglas, se sumó a la iniciativa; en momentos en que los precios internacionales de las materias primas empujan la inflación, su producción creciente no alcanza para abastecer la demanda global y el debate sobre el rol de los biocombustibles (basados en productos agrarios) es cada vez más fuerte. Aún se ignora cuál será la posición de Cristina Kirchner. La Argentina como gran productor de alimentos es una pieza relevante en esa votación. Graziano da Silva fue el impulsor y gestor del programa “Fome Zero” (hambre cero), durante la primera presidencia de Lula.
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