Seis pequeños sensores instalados en la parte posterior del asiento registrarán los latidos del corazón de la misma forma que un electrocardiograma.
En caso de detectarse un problema, el auto podría avisar al conductor e incluso detenerse. Además podría enviar información vital a los centros médicos a través del teléfono celular del conductor.
Ford cree que su asiento, que necesita otro par de años de pruebas de carretera, podría reducir el número de accidentes causados por ataques al corazón.
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