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martes, 3 de mayo de 2011

REGIONALES

El velorio de la Cruz de Mayo una tradición que ha decaído en Tinaquillo

Por la señal de la cruz me comienzo a persigna, para poder explicar la muerte de Jesús, después de la Santa Cruz bajó aquel señor un momento, convirtiendo sus tormentos en los brazos de María, dijo un pintor aquel día en nombre de Dios yo vivo”.

Esa fue una de las decimas de saludo a la cruz que el señor Jesús Aular, creyente y ex organizador comunitario de estas fiestas, solía cantar en adoración y alabanza durante la celebración de los Velorios de Cruz de Mayo.

Esta festividad que según el santoral tiene como día oficial el 3 de mayo es una de las festividades religiosas en la cual la Iglesia Católica recuerda el hallazgo del madero en el cual murió Jesucristo, en el año 324. En Venezuela es una manifestación de júbilo caracterizada por melodiosos cantos y bailes.

Esta celebración proveniente de los ancestros, quienes al llegar el mes de mayo, adornaban la Santa Cruz con las primeras flores del año como ofrenda para obtener buenos frutos, ha decaído en el municipio Tinaquillo, donde muy pocas personas continúan la tradición de vestirla y organizar las características velorios que eran sinónimo de fiesta.
 
En un recorrido realizado por diversos sectores del municipio, donde se ubica este símbolo se pudo constatar la apatía de las comunidades en adornar La Cruz que en el marco de esta significativa fiesta, se solía vestir según las creencias a gusto y preferencia de los dueños de los velorios con palmas, flores, papel, figuras religiosas, frutas, monedas, entre otros.

Aular, quien se encargaba de vestir a la cruz en Caño Claro II, comentó que desde hace cuatro años no se realiza el velorio en su sector, por dejadez de los miembros del consejo comunal.

Fue miembro de las junta de vecinos y durante 10 años acostumbraba adornar la cruz y celebrar el velorio junto con miembros de la comunidad, personas devotas y cantantes populares que asistían espontáneamente, para interpretar decimas. Este ritual también comprendía rezos, el baile de la burriquita y el deguste de gran variedad de comidas, dulces y bebidas.

Según el creyente, hace poco enfermó y eso ha sido una de las principales causas que no le ha permitido organizar esta festividad, además de la falta de colaboración por parte del consejo comunal.

En el municipio la mayoría de las cruces visibles se encuentran en estado de deterioro, sin pintura, algunas oxidadas, ya que ni el gobierno ni las mismas comunidades le ha hecho ningún cariñito. La de Banco Obrero, una de las más grandes del municipio luce sucia, la de Apamates I luce en completo abandono, la de Caño de Indio no fue adornada.

En otros años esta tradición comenzaba uno o dos días antes con la colecta entre los fieles, comerciantes y personas de la comunidad; sin embargo actualmente son muy pocas las personas que dan continuidad a esta tradición religiosa en Tinaquillo que forma parte además de la cultura local.

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