El Gobierno griego maniobra para garantizar la aprobación del nuevo plan de ajuste en el Parlamento, donde no cuenta con mayoría absoluta. Por este motivo, ha accedido a estudiar el recorte en el impuesto de sociedades que reclama la oposición a cambio de dar su voto a las medidas con las que el Ejecutivo de Yorgos Papandreu quiere ahorrar unos 6.400 millones este año. No obstante, fuentes del Gobierno han negado a Reuters que también estén barajando someter el plan de austeridad a un referéndum para paliar el creciente rechazo social a los nuevos recortes entre la población.
Sin embargo, esta posible rebaja impositiva no se implantará este año ni se aprobarán junto a las medidas de ahorro. En su lugar, según han detallado a Reuters fuentes del Ejecutivo griego, que han añadido que tampoco descartan modificar el IVA tras haberlo subido en el último año, estas medidas entrarían en vigor en 2012. La oposición argumenta que recortar los impuestos ayudaría a relanzar la economía del país, que atraviesa su tercer y último -previsiblemente- año en recesión.
La votación de las medidas, claves para desbloquear el quinto tramo de 12.000 millones de euros del crédito de rescate concedido hace ahora un año a Grecia por 110.000 millones del FMI y la UE, tendrá lugar a finales de junio, según las mismas fuentes. Este nuevo plan de austeridad también debe servir para que los Estados del euro den el último empujón al segundo rescate, ya que el país no podrá volver a financiarse por su cuenta dentro del plazo previsto y requerirá más asistencia financiera con vistas a atravesar su particular travesía del desierto, ya que no se espera su regreso a los mercados hasta pasado 2012.
Sobre el segundo plan de rescate, el presidente del Banco Central Europeo ha dejado abierta la puerta, por primera vez, a la opción de aprobar incentivos para animar a los acreedores de Grecia a canjear sus bonos que vencen entre 2012 y 2014 por otros a más largo plazo.
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