La selección italiana cayó por un sorprendente 0-2 ante Irlanda, en un amistoso disputado Lieja (Bélgica), en el que el conjunto transalpino fue víctima, paradójicamente, del tacticismo, que tantos éxitos le ha reportado a lo largo de su historia.
La ofensiva propuesta que intenta implantar el técnico italiano Césare Prandelli encontró su peor enemigo en el más claro ejemplo de la vieja escuela italiana, la Irlanda de Giovanni Trapattoni, que ha cambiado el habitual furor del conjunto verde, por un rigor táctico, que le convierte en el más incómodo de los rivales.
Un conjunto irlandés, que para acabar de completar su proceso de italianización, al aprovechar su única ocasión en la primera mitad, una falta lejana botada en corto para que Keith Andrews estableciera a los treinta y seis minutos el 0-1.
Todo un botín para la escuadra de Trapattoni, un técnico especialista en sacar el máximo rendimiento a cualquier mínima ventaja, como sufrieron sus compatriotas en una segunda mitad de desesperación italiana.
Ni la entrada de jugadores como Gilardino, Giovinco o Matri, tres futbolistas de eminente carácter ofensivo, sirvieron para resquebrajar el efectivo sistema defensivo de Irlanda, que apenas concedió alguna que otra ocasión.
Opciones que Italia no supo aprovechar, como un último lanzamiento de falta de Giovinco, al que Irlanda contestó con una fulgurante contra a los noventa minutos, que Cox transformó en el definitivo 0-2.
Un final clásico en la larga historia del fútbol italiano, aunque pocas veces con el conjunto transalpino en el papel de perdedor, pero es que pese a que ahora vista de verde, no hay técnico más italiano que el legendario "Trap".
EFE