Fernando Rodríguez en su editorial publicada en el diario Tal Cual, analiza los argumentos que utiliza la oposición venezolana en torno a la situación política del país. “Por absurdos que parezcan los argumentos al respecto la oposición está conspirando. No hace sino desestabilizar la patria”, resaltó.
Asimismo destaca que dichos argumentos ya han sido detectados por el “olfato estratégico de Esteban y su tribu”. “Guerra avisada no mata soldado. Son de verdad imaginativos los amarillos”, afirmó Rodríguez.
Lea la editorial titulada “La conspiración perpetua”, tal como esta publicada el día de hoy:
Por absurdos que parezcan los argumentos al respecto la oposición está conspirando. No hace sino desestabilizar la patria, desconocerá el triunfo de Chávez, si es Chávez el candidato, en el 2012 y, en general, no reparará en ningún principio ético o político para acabar con el proceso revolucionario.
Los instrumentos que le atribuyen para tan antipatrióticos y antidemocráticos propósitos son varios, pero ya detectados por el olfato estratégico de Esteban y su tribu. Guerra avisada no mata soldado. Son de verdad imaginativos los amarillos.
Por ejemplo, la oposición propiciará un golpe de Estado si los resultados le son adversos. Más o menos a la hondureña. Incluso podría ser antes si las cosas se ponen turbias, o más turbias de lo que están, si esto es posible. Digamos que no es inverosímil, sobre todo si se acoge la lógica política gubernamental, hay buenos y malos golpes, los nuestros y los de ellos. Sublimes como el 4F, fascistas como el 11 de abril.
Lo curioso es que no cesa el Gobierno de decir que nuestras gloriosas y revolucionarias fuerzas armadas, con todo y milicias, están como un solo hombre con el pueblo y su Comandante.
Tan es así que tres o cuatro soleados oficiales se permiten decir lo contrario, que no aceptarían que se sustituya al Jefe así le den una paliza electoral porque, apátridas como son sus líderes, la oposición no hará sino entregarle el país al Imperio: soberanía mata votos. Bueno, o una cosa o la otra, pero no las dos a la vez.
Esto se ha puesto sobre el tapete sobre todo porque la oposición ha reclamado tan despiadadas e impúdicas declaraciones contra la voluntad de los votantes, lo que equivale a estar calentándole las orejas a algunos uniformados inconformes que no deben existir partiendo de las premisas gobierneras.
Cualquier crítica que se le pueda hacer al régimen es igualmente un acto de desestabilización flagrante, tendiente a crear las condiciones internas y externas para el caos. Se supone que criticar es una de las funciones esenciales de la oposición, como su nombre lo indica, así se trate de un gobierno tan asertivo, honesto y eficaz como el que disfrutamos desde hace tantos años, según el evangelio chavista.
Se trata de propiciar la ingobernabilidad y la anarquía. Situación, de nuevo, altamente improbable porque los muy objetivos cálculos gubernamentales, y de sus encuestadoras, le dan un número de votos verdaderamente inmenso, como para que tamaña mayoría sea tentada por las conjuras e infamias de la MUD y los poderes fácticos. No es razonable que los ciudadanos restantes, seguramente acomodados y sifrinos, pongan en peligro a la revolución pacífica y armada (¿?).
Queda un último argumento, el más tenebroso, el de los perros. La manera libia, para dar un ejemplo. Crear las condiciones para que unos pocos monten una sampablera con objeto de que las potencias del Norte maligno invadan la patria y la masacren para quedarse con el petróleo y el oro recién rescatado, entre otras riquezas. Necedades, ¿quién puede con un pueblo unificado y unas fuerzas armadas bravías y bien equipadas, además con el apoyo de la Patria Grande? Esto no es Irak, sería Vietnam en todo caso.
Y pensar que, al otro extremo del espectro político, hay quien considera a los muchachos de Ramón Guillermo Aveledo más bien come flores y timoratos.