(EFE).- Los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) sentarán mañana en Caracas, liderados por Venezuela, su posición frente a la situación de Libia y de su líder, Muamar el Gadafi, cuya captura por supuestos crímenes contra la humanidad solicitó la Corte Penal Internacional (CPI).
Los cancilleres de la ALBA, a la que también pertenecen Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Antigua y Barbuda, acordarán propuestas para trasladarlas a la ONU, los países del BRIC (Brasil, India, China y Rusia) y la Unión Africana, anticipó el canciller venezolano, Nicolás Maduro.
La reunión se producirá tres días después de que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, hiciera un llamado al BRIC y a la ALBA a iniciar un “contraataque” ante la “barbarie” del operativo internacional contra el régimen de Gadafi.
Maduro señaló que sus colegas de la región confirmaron su presencia en esta cita, que tendrá lugar después de que el fiscal de la CPI, Luis Moreno Ocampo, pidió este jueves a la Interpol que lance una “circular roja” para detener a Gadafi.
A esa instancia internacional de Justicia se han adherido Bolivia, Ecuador y Venezuela, también integrantes de la ALBA.
Ecuador mantiene que la intervención de la OTAN tiene como fin controlar el petróleo libio y ha indicado que no reconocerá al Gobierno establecido por los rebeldes.
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, ha criticado a las Naciones Unidas por permitir la intervención y ha acusado a ese organismo de que en lugar de mantener la paz en el mundo ha facilitado “el recrudecimiento de las acciones de guerra”.
Mientras que el presidente de Bolivia, Evo Morales, alabó en abril pasado la resistencia del régimen por “dignidad y soberanía” ante los bombardeos de la OTAN.
Cuba ha condenado la intervención de la OTAN en Libia, a la vez que anunció que no reconoce al Consejo Nacional de Transición (CNT) y el retiro de su personal diplomático de Trípoli.
Por su parte, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha desconocido al CNT como autoridad legítima en Libia y ha acusado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de estar apostando “a una locura”.
“Lo primero sería suspender bombardeos de la OTAN y después establecer un diálogo entre las fuerzas de Gadafi y el Consejo Nacional de Transición y que Libia decida su futuro”, propuso Ortega el pasado 2 de septiembre.
Nicaragua estará representada en el cónclave caraqueño por su vicecanciller, Valdrack Jaentschke, informó hoy el Consejo de Ciudadanía y Comunicación del Gobierno sandinista.
Chávez ha insistido en condenar la “locura desatada” en Libia y ha advertido sobre la amenaza de que el conflicto se prolongue por mucho tiempo si no se detiene de inmediato.
El pasado 1 de septiembre, el mandatario pidió retomar el plan que lanzó a finales de febrero para la creación de una comisión internacional de países que pudiera mediar entre Gadafi y los rebeldes con el fin de detener el enfrentamiento.
La ALBA acogió la propuesta de Chávez, y condenó, el pasado 25 de agosto, como una “nueva violación” del derecho internacional el ataque que sufrió un día antes la residencia del embajador de Venezuela en Libia.
“Refleja la situación de caos y violencia a la cual ha quedado reducida la hermana nación libia, como consecuencia de la agresión militar ilegal que los Gobiernos de la OTAN y sus aliados desencadenaron meses atrás”, señaló entonces ese mecanismo en un comunicado.