Un Estados Unidos que teme un nuevo atentado, pero que "no vacilará más" ante el terrorismo, según dijo el presidente Barack Obama, conmemora este domingo el décimo aniversario del 11 de septiembre, una tragedia que dejó casi 3.000 muertos que han quedado inscriptos para siempre en su memoria colectiva.
En una rara imagen de unidad, Obama y su predecesor George W. Bush asistirán juntos a una ceremonia que se realizará en el lugar donde se erigían las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, en presencia de familiares de las víctimas.
La seguridad ha sido reforzada tras el anuncio de las autoridades en las últimas horas de una amenaza de atentado "específico, creíble pero no confirmada" que se intentaría realizar en coincidencia con el décimo aniversario de los atentados en Nueva York y Washington.
Parecería que "Al Qaida aún busca hacerle mal a los estadounidenses, y en particular apuntando a Nueva York y Washington", advirtió el viernes la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Pero en su alocución semanal de este sábado, Obama aseguró que Estados Unidos no vacilará más en hacerle frente al terrorismo.
"Hoy, Estados Unidos está fuerte y Al Qaida está en camino de su derrota", señaló el mandatario. "Ellos quisieron aterrorizarnos, pero, como estadounidenses, rechazamos vivir con miedo", añadió.
Por su lado, los talibanes afirmaron en un comunicado divulgado en Kabul que ellos no desempeñaron ningún papel en los atentados del 11 de septiembre, tras los cuales los estadounidenses lanzaron su intervención en Afganistán.
"Cada año, el 11 de septiembre recuerda a los afganos un acontecimiento en el cual ellos no han jugado ningún rol, pero que sirvió de pretexto al colonialismo norteamericano para derramar la sangre de miles de afganos inocentes y miserables", escribieron los talibanes.
En Manhattan, varias barreras policiales han sido instaladas para controlar a los vehículos. Los policías revisan los bolsos en el metro y se aumentó el número de patrullas armadas.
Los estadounidenses permanecen profundamente marcados por el 11 de septiembre. Casi todos ellos recuerdan que era lo que estaban haciendo aquel día de cielo azul sobre Manhattan y con las torres que se derrumbaban bajo un diluvio de fuego, polvo y acero. Más de un estadounidense sobre dos, según un reciente sondeo, estima que los atentados cambiaron su vida.
Pero después de dos guerras en Irak y en Afganistán, que han dejado más de 6.200 muertos entre los soldados norteamericanos y que han costado a Estados Unidos unos cuatro billones de dólares, muchos parecen deseosos de dar vuelta la página. La muerte de Osama bin Laden, asesinado el 2 de mayo por los estadounidenses en Pakistán, ha contribuido para ello.
Este fin de semana, Estados Unidos olvidará por dos días esos 10 años de guerra, sus profundas divisiones políticas a 14 meses de la próxima elección presidencial, la crisis económica y el desempleo de más del 9%. Y la pérdida para siempre de su sentimiento de seguridad.
Como en cada aniversario, cuatro minutos de silencio marcarán el domingo -a las 08H46, a las 09H03, a las 09H59 y a las 10H28- los momentos cuando los dos aviones de línea impactaron en las torres del World Trade Center y la hora en la cual se derrumbaron.
Como cada año, se leerán los nombres de los casi 3.000 muertos. Las familias de las víctimas asistirán luego a la inauguración del Memorial del 11 de Septiembre, por fin terminado luego de cinco años de trabajos.
Este espacio paisajístico de tres hectáreas, donde se plantaron más de 200 robles, alberga dos grandes estanques con cascadas, ubicados en el lugar exacto donde se levantaban las torres gemelas. El nombre de cada muerto está inscripto sobre sus brocales.
Alrededor, el sitio devastado por los atentados permanece aún en obra. Pero la torre 1WTC, que simboliza el lugar, está destinada a convertirse en la más alta de los Estados Unidos y alcanzará los 81 pisos.
Por el décimo aniversario de los ataques, numerosas conmemoraciones están previstas en Nueva York y en todas partes del país durante el fin de semana: ventas de souvenir, exposiciones de fotos, una cadena humana en el sur de Manhattan, espectáculos de danzas, reuniones de oración y varios conciertos, uno de los cuales en la catedral de Washington el domingo en la noche con la presencia del presidente Obama.
Obama también tiene previsto trasladarse el domingo hasta el Pentágono, uno de los blancos de los atentados de 2001, y a Shanksville (Pensilvania), donde el cuarto avión de línea secuestrado el 11 de septiembre cayó a tierra tras la intervención de sus pasajeros.
AFP
AFP