(AFP) - La economía venezolana crecerá en 2012 menos del 5% del PIB previsto por el gobierno y es probable una próxima devaluación para potenciar el gasto público en la antesala de los comicios presidenciales en los que Hugo Chávez aspira a la reelección, indicaron el jueves economistas.
Tras salir a fines de 2010 de la recesión, la más “prolongada” de América Latina durante la reciente crisis económica mundial, Venezuela inició un “proceso de despegue” apoyado en los altos precios del petróleo, su principal fuente de ingresos en divisas, dijo José Guerra, director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, durante un foro económico en Caracas.
La economía creció un 3,6% en el primer semestre de 2011 y según el proyecto de presupuesto presentado la semana pasada, el ritmo se acelerará al 5% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2012, cuando el presidente Hugo Chávez prevé aspirar a un tercer mandato en las elecciones del 7 de octubre.
Pero, aun si los precios del petróleo se mantienen en torno a 100 dólares el barril, el crecimiento se verá obstaculizado en primer lugar por la inflación, que desde enero acumula 20,5%, causando un “mayor declive de las exportaciones no petroleras” y penalizando el consumo interno, argumentó Guerra.
Para Angel García Banchs, director de la firma de estudios Econométrica, el PIB “no superará el 2,1% el año próximo con un barril a 100 USD”, una proyección que contrasta con las previsiones del gobierno, basadas en un barril promedio a 50 USD.
La patronal Fedecámaras prevé, por su parte, que el PIB se sitúe entre 3% y 4% el año próximo con una inflación de entre 25 y 27%, acentuada por el aumento del gasto público que previó el gobierno en época electoral.
Ese incremento “pondrá dinero en la calle buscando productos que no existen, no habrá suficiente oferta y se disparará la inflación”, auguró Jorge Botti, presidente de la patronal, en alusión a la escasez de productos básicos que se vive cíclicamente en el país en particular por una producción interna en declive.
Otro factor que preocupa a los analistas: la acumulación de deuda pública, después de que el gobierno decidiera doblar esa capacidad para 2011 y emitiera bonos por valor de 15.000 millones de dólares desde enero, una cifra superior a la emitida por el conjunto de América Latina.
En ese contexto, una “devaluación es inevitable” y “las apuestas están ahora en saber si tendrá lugar a fines de este año o el próximo”, indicó Botti, pese a que el gobierno ha excluido esa posibilidad.
“Si los precios del petróleo bajan o se mantienen a 100 dólares el barril, habrá una devaluación el año que viene”, coincidió García Banchs.
Esa operación “tiene sus costos, uno reputacional y otro inflacionista, pero tiene sus beneficios y es que permite aumentar el gasto público a corto plazo”, subrayó este analista.
Guerra coincide con esas previsiones pero apunta que la devaluación sólo tendrá lugar si los precios del crudo retroceden un 20%. “De lo contrario, el gobierno seguirá contratando deuda” para potenciar el gasto público, afirma.
En 2010, año de elecciones legislativas, el gobierno de Hugo Chávez decretó la depreciación del bolívar por primera vez desde 2005, creando un sistema dual que operó como balón de oxígeno en un momento de recesión económica.
A fines de ese mismo año, puso fin a ese modelo, eliminando la tasa más baja para sectores prioritarios y fijando el precio del dólar a 4,3 bolívares, el cambio actual.
Según García Banchs, aunque una devaluación entraña un aumento de la inflación “el impacto en la economía puede retrasarse entre seis y siete meses”, dando un margen de maniobra al gobierno antes de las elecciones, dijo.