El accidente nuclear de Fukushima del pasado mes de marzo provocó la mayor contaminación radiactiva marina localizada de la historia, según informó hoy el Instituto de Investigación de Seguridad Nuclear de Francia (IRSN).
La interpretación de los resultados de la medición de cesio 137 en el agua del mar ha hecho que el IRSN haya actualizado su estimación de la cantidad total" de ese elemento "vertida directamente en el mar entre el pasado 21 de marzo y mediados de julio".
"Ese desecho radiactivo en el mar representa el aporte localizado más importante de radioisótopos artificiales jamás observado en el medio marino", destacó la IRSN en un comunicado.
La localización de la planta de Fukushima "ha permitido una dispersión de los radioisótopos excepcional, con una de las corrientes más importantes del globo que aleja las aguas contaminadas hacia el océano Pacífico".
"Por ello, los resultados de medición obtenidos en el agua de mar en los sedimentos costeros hacen suponer que las consecuencias del accidente en términos de "radioprotección" se volverán débiles para las especies pelágicas a partir del otoño de 2011", agregó la máxima autoridad en investigación sobre seguridad nuclear de Francia.
La contaminación más importante se produjo inmediatamente después del accidente, como consecuencia del vertido de aguas contaminadas que provenían de la central dañada por el terremoto.
En las inmediaciones de la central llegaron a registrarse concentraciones de "millares de becquereles (núcleos radiactivos sin desintegrarse) por litro para el cesio 134 y 137", explica el IRSN.
La contaminación fue disminuyendo progresivamente hasta caer hacia mediados de julio por debajo de los límites de detección de 5 bequereles por litro, empleados en mediciones de seguridad nuclear.
No obstante, el organismo francés señaló que "una polución significativa del agua de mar sobre el litoral próximo a la central accidentada podría persistir en el tiempo a causa del aporte continuo de sustancias radioactivas transportadas hacia el mar por los arrastres de las aguas de la superficie a su paso por suelos contaminados.
"Los resultados de las recientes mediciones muestras la persistencia de una contaminación de especias marinas, principalmente peces, pescados en las costas de la prefectura de Fukushima", agrega la IRSN.
Por tanto, está "justificado que se mantenga la vigilancia a las especies marinas" y que se tomen muestras de éstas en las aguas costeras de Fukushima.
El accidente de Fukushima alcanzó nivel 7 de gravedad, el máximo en la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (INES) y se considera uno de los más graves de la historia, junto con el de Chernobil (Ucrania, 1986).
La catástrofe fue consecuencia del terremoto de 9 grados en la escala de Richter, el mayor de la historia de Japón en 140 años, ocurrido el 11 de marzo de 2011, que produjo olas de hasta 40 metros y dañó seriamente esa central de Tokyo Electric Power, operada desde 1971.
El terremoto, con epicentro en el Océano Pacífico y el posterior "tsunami", dejó al menos 20.448 víctimas mortales, destruyó 72.000 casas y obligó a evacuar a 200.000 personas entorno a la central de Fukushima, además de desplazar el eje de la Tierra 16,7 centímetros.
La catástrofe supuso un gran golpe para la economía japonesa, que empezaba a repuntar, tras una larga recesión. Ocasionó el desabastecimiento de alimentos, agua, energía y combustible y causó restricciones en sus exportaciones por la ausencia de componentes y el temor a que sus productos fueran radiactivos.
EFE