"¡Messi, Messi, Messi!". Como siempre, allá donde viaja la selección portuguesa ya es costumbre que los aficionados rivales reciban a Cristiano Ronaldo con el grito que más le duele. El jueves sucedió en Sarajevo y CR7 respondió con una sonrisa irónica y un corte de mangas a los seguidores que le apuntaban con un molesto láser. El combinado luso disputa hoy (20.00, GolTV) frente a Bosnia la ida de la repesca para la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012. En el campo de Zenica, un patatal según la federación lusa, lleno de calvas, principal preocupación para el conjunto de Paulo Bento. "Es un campo muy pequeño, de 10.000 espectadores. La grada está muy cercana al campo y es una especie de talismán", explica Meho Kodro, exjugador bosnio de la Real Sociedad y el Barça, ahora entrenador del filial donostiarra.
"Casi nadie se puede comparar a Cristiano", reconoce Kodro ante la propuesta de cotejar a la estrella de Bosnia, Dzeko, con la de Portugal, Ronaldo. Los datos de los últimos meses, sin embargo, sí resisten la comparación. El atacante del Manchester City suma en su club un gol cada 64 minutos, 10 en nueve partidos, mientras que CR7 anota uno cada 74 minutos, 13 en 11 citas.
La mayor eficacia de Dzeko se dispara con la selección: 39 goles en 20 partidos, a casi dos tantos por envite. A Cristiano, en cambio, le persigue un cierto síndrome Messi, en cuanto a que nunca ha disfrutado en el combinado luso de la exuberancia del Madrid. En Portugal, ha firmado 30 goles en 85 partidos, es decir, necesita casi tres encuentros para marcar.
En la presente campaña, Ronaldo (Funchal, 1985; 1,85 metros y 80 kilos) ha afilado el espíritu de equipo con cinco asistencias de gol, dos más que Dzeko en el conjunto inglés. El atacante del Madrid es una autoridad a balón parado (cuatro tantos de penalti y uno de falta), faceta inédita en Dzeko. En contra de las apariencias, el luso ha culminado con éxito menos regates (10) que el bosnio (12), pero le dobla en el número de pases buenos (370 por 174). A pesar del vigoroso juego de la Premier, CR7 está mucho más castigado por las faltas recibidas (23 frente a solo cuatro).
Dzeko (Sarajevo, 1986; 1,93 metros, 84 kilos) era demasiado alto y torpe entre los 17 y los 19 años, cuando jugaba de centrocampista en el Zeljeznicar de su país, dirigido por un técnico checo, Jiri Plinek. Pero este se dio cuenta de su potencial y, al regresar a Chequia, recomendó el fichaje al Teplice, que pagó 25.000 euros. "Pensábamos que habíamos ganado la lotería", declaró un dirigente del Zeljeznicar. Todo lo contrario. Habían regalado una joya. En el Teplice, ya de delantero, llamó la atención de Felix Magath, entonces factótum del Wolfsburgo. El club alemán pagó cuatro millones. Allí cuajó una temporada redonda, la 2008-09, con 26 goles y 10 asistencias, formando un gran dúo atacante con el brasileño Grafite. Conquistaron la Bundesliga. Y en enero de 2011, el City abonó al Wolfsburgo 32 millones.
"A pesar de ser muy alto, es muy coordinado", lo define Kodro; "es inteligente y golpea con ambas piernas el balón \[de sus 10 goles en el City, cinco han sido con la derecha, cuatro con la izquierda y uno de cabeza\]". En el cuadro de Mancini, ha mezclado tanto como única punta por delante de Silva como de primer delantero con Agüero. Su ídolo fue Shevchenko, y su equipo preferido, el Milan. Aun conserva en una pared de su casa de Sarajevo la camiseta del ucranio con el 7.
Independizados en 1992, los cuatro millones de habitantes de Bosnia viven como una "fiesta" la oportunidad de entrar por primera vez en un torneo grande. "Por primera vez todos unidos en algo", cuenta Kodro, cuya familia sigue en Mostar. "Es un país pequeño, que depende mucho de Europa y está sufriendo mucho con la crisis". ¿La clave de la eliminatoria? "Bosnia siempre tuvo buenas individualidades; ahora tiene buen equipo, está mentalizado. Destacaría a Pjanic, a Misimovic y a Spahic".
Portugal llega envuelto en cierto clima de crispación tras el enfrentamiento de Bento con Bosingwa, el lateral derecho del Chelsea, excluido de las últimas convocatorias. Y después de que Ricardo Carvalho abandonara hace un mes una concentración de la selección porque se negaba a ser suplente. Portugal, en todo caso, quiere que se repita la historia del camino hacia el Mundial de Sudáfrica 2010. Ya ganó en la ida de la repesca a Bosnia con un tanto de Meireles. Portugal no se pierde una gran cita desde el Mundial de Francia de 1998.
Otros partidos de ida de la repesca:
Turquía-Croacia (20.05), República Checa-Montenegro (20.15) y Estonia-República de Irlanda (20.45; todos por GolTV Multigol).
Clasificatorios para el Mundial 2014:
Argentina-Bolivia (21.00, Esport3) y Uruguay-Chile (23.00, Esport3).
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