Al menos 14 personas murieron hoy en distintas zonas de Siria, la mayoría en la ciudad central de Homs, al reprimir las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, las multitudinarias protestas, según un grupo opositor.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó, en un comunicado, de la muerte de diez personas en Homs, tres en la provincia meridional de Deraa y una en la septentrional de Idleb.
Homs, uno de los principales bastiones de la oposición, es objeto de una dura ofensiva desde hace semanas y, según denunció hoy Human Rights Watch (HRW), el régimen de Al Asad ha cometido en esta provincia crímenes contra la Humanidad.
El informe publicado por HRW cita entre los abusos llevados a cabo los asesinatos ilegales, el uso de armadas pesadas contra civiles desarmados y la tortura a los detenidos.
El ataque contra Homs se centró hoy sobre todo en el barrio de Al Bayada, donde murieron al menos cuatro personas al irrumpir las fuerzas gubernamentales con vehículos blindados y armamento pesado para reprimir las manifestaciones, que como cada viernes fueron masivas.
Esta nueva jornada de protestas fue bautizada por muchos como "Viernes de la congelación de la membrecía", en alusión a la petición de los opositores a la Liga Árabe de que suspenda la participación de Siria en la organización en su reunión de mañana.
En cuanto a la situación en Deraa, el OSDH señaló que entre los tres fallecidos hay un niño de 13 años, que pereció al estallar un artefacto explosivo en la aldea Al Musaifara.
También lanzó el ejército una gran ofensiva en Idleb, otro de los feudos opositores, donde entraron con tanques y carros blindados en la ciudad de Jan Shijun.
EFE