El robot explorador Curiosity, que albergará el laboratorio móvil más complejo enviado hasta ahora a Marte, está preparado para partir el próximo 25 de noviembre con la misión de investigar si se dan las condiciones ambientales para que exista vida en Marte, informó la NASA.
Con casi una tonelada de peso, Curiosity lleva a bordo el Laboratorio Científico Marciano (MSL, por su sigla en inglés), compuesto por una decena de instrumentos de análisis para examinar el suelo, las rocas y la atmósfera de Marte.
"Las preparativos están en marcha para lanzar en la primera oportunidad", indicó Pete Thisinger, director del proyecto del MSL, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena (California).
No obstante, recordó que si hubiera cualquier contratiempo meteorológico o imprevisto, cuentan con tiempo hasta el 18 de diciembre.
Está previsto que Curiosity aterrice en el Planeta Rojo en agosto de 2012 para examinar el cráter Gale durante cerca de dos años en la primera etapa del viaje.
Su misión será investigar si se dan o se han dado alguna vez las condiciones ambientales favorables para que se de vida microbiana y si se conserva alguna evidencia.
La parte del cráter donde se posará "tiene una abanico fluvial probablemente formado por sedimentos arrastrados por agua", explicó John Grotzinger, científico del proyecto MSL en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena.
Además, creen que las capas de la base de la montaña contiene arcilla y sulfato, ambos materiales formados con agua.
"Gale nos da una excelente oportunidad para analizar varios entornos potencialmente habitables y su contexto para entender un largo registro de la evolución temprana del medio ambiente del planeta", aseguró Grotzinger.
Curiosity es el doble de largo y cinco veces más pesado que sus predecesores Spirit y Opportunity y será el robot con mayor capacidad científica de los vehículos que ha enviado la NASA.
La NASA prevé lanzar el vehículo desde Cabo Cañaveral (Florida) entre el 25 de noviembre y el 18 de diciembre de 2011 y recorrerá 200 millones de kilómetros antes de aterrizar en suelo marciano.
EFE