Preparen sus pañuelos porque lo que se viene en Grey’s Anatomy los hará llorar. La relación entre Cristina y Teddy siempre ha sido difícil y ahora está por empeorar mucho más. Derek y Meredith reciben una terrible noticia.
Henry, esposo de Teddy, llega al Seattle Grace Hospital vomitando sangre y con problemas para respirar, resulta que un nuevo tumor ha crecido en su tráquea comprometiendo la arteria pulmonar y la operación no la puede realizar su fabulosa esposa cirujana por lo que Richard Webber toma el caso.
Teddy sabe que la operación es riesgosa pero que el láser les dará una oportunidad de salvarle la vida, sin embargo, Richard jamás ha hecho una cirugía así por lo que deciden darle a Cristina la responsabilidad sin que ella sepa que el paciente es Henry. Drama, drama, drama.
De otro lado, Meredith recibe una llamada de la asistenta social encargada del caso de Zola. Malas noticias. No podrán adoptar a la bebé por lo que adiós Zola y Meredith en crisis le dice a Derek que no quiere otro bebé.
Meredith y Alex deciden tomar el caso de una bebé con serios problemas para comer y respirar. El hospital donde está la recién nacida no tiene el equipo necesario para trasladarla y estabilizarla por lo que ambos doctores tendrán que ir a buscarla en ambulancia en medio de una tormenta.
Logran estabilizar a la pequeña y la ambulancia se malogra. La mala noticia es que está llena de tanques de oxígeno por lo que un choque o un rayo y explota. Meredith y Alex empiezan a pelear por quién debe de salir de la ambulancia. Ninguno de los dos quiere hacerlo. Están discutiendo cuando son golpeados por otro vehículo.
Golpeados y heridos, abren la puerta de la ambulancia para ver a su alrededor un montón de cuerpos tirados en la carretera. ¿Quién sobrevivirá? ¿La relación entre Cristina y Teddy podrá salvarse? Grey’s Anatomy se pone aún más interesante. No se la pierdan.
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