Arsenal, víctima de un notable bajón de juego en la segunda parte, salió
derrotado ante el Fulham, que en los siete minutos finales dio la vuelta al
partido para dejar al conjunto de Arsene Wenger sin el cuarto puesto en la Liga
Inglesa, en manos ahora del Chelsea.
El duelo londinense
traicionó las expectativas del Arsenal, que en la pasada jornada alcanzó, por
primera vez, un lugar entre los puestos de Liga de Campeones. Su estancia entre
el cuarteto cabecero ha sido efímero. Propiciado por el empuje de su rival junto
a la notable falta de recursos propia, acentuada por la expulsión del defensa
Johan Djourou a diez minutos del final.
El Arsenal, que jugó
consciente del resultado de sus adversarios, sobre todo el Chelsea, y con la
necesidad de ganar, empezó bien. El gol del francés Laurent Koscielny, de cabeza
tras un centro de Aaron Ramsey, a los veinte minutos, puso la situación de cara
para el equipo de Wenger.
Los visitantes mantuvieron el control
hasta el descanso, a pesar de las serias amenazas del Fulham, sobre todo por
medio del costarricense Bryan Ruiz.
El panorama cambió en la
segunda mitad de forma radical. El Fulham metió en su campo al Arsenal, que
perdió definitivamente el balón y el control del juego.
Una y
otra vez los locales amenazaban la meta del polaco Wojciech Szczesny. Una falta
de Djourou al borde del área supuso su segunda tarjeta y la
expulsión.
Fue un drama para los "gunners" a partir de ese
momento. Steve Sidwell, después de una acción del suizo Philippe Senderos
estableció el empate en plena avalancha del Fulham, que prolongó, casi por
inercia, su acoso. Así, en el tiempo añadido, Bobby Zamora, sin marcador, recibe
solo un balón, que remató con acierto con la
izquierda.
EFE