La disfuncional familia de Los Simpsons, creados por Matt Groening en 1987, emitió hoy su episodio 500, que consolida esta ingeniosa crítica al estilo de vida estadounidense como una de las series más longevas de la pequeña pantalla.
Como desde los primeros días, todo comenzó con Homer, Marge, Bart, Lisa y la pequeña Maggie de regreso a casa para sentarse frente a la televisión, donde ellos mismos han hecho historia, con 27 premios Emmy y alcanzar la marca de los 500 capítulos, solo superada por "Lassie" y "Gunsmoke".
No obstante, Los Simpsons, nacida como experiencia piloto en el 87, es considerada ya la serie que más tiempo se ha emitido en el "prime time" estadounidense de la historia y una de las que más alcance internacional ha conseguido.
A lo largo de 23 temporadas, inauguradas en 1989 con el primer episodio de media hora emitido por la cadena Fox, "la familia amarilla" de Springfield ha mostrado al mundo con sarcasmo e ingenio el día a día de la vida de una familia media estadounidense.
Durante todo ese tiempo, unas 200 horas de tradicional animación en dos dimensiones, los Simpsons han compartido aventuras con personajes famosos de la vida real, desde el actor Mel Gibson hasta el ex presidente George Bush padre, pasando por Tito Puente o The Ramones.
El episodio 500 contó como invitado con el australiano Julian Assange, fundador de Wikileaks, la web que realizó la mayor revelación de documentos reservados de la historia de Estados Unidos y que podría ser procesado por el Gobierno estadounidense.
En un ejemplo de la vigencia de esta serie, que ha repasado en su larga historia con sutileza y humor la caída de la Unión Soviética o la Guerra de Irak, Assange, que dobló a su propio personaje animado desde una localización secreta, dialoga con Marge y Homer.
Marge pregunta sobre una receta de cocina a Assange durante una barbacoa. "I never reveal my sauces" (salsas), dice Assange. Un juego de palabras en inglés con la frase "Nunca revelo mis fuentes" (sources).
En "At Long Last Leave", nombre del episodio emitido hoy, los Simpsons son expulsados de Springfield por sus vecinos a un asentamiento a las afueras, lo que les lleva a vivir como parias y les permite conocer al controvertido Assange.
Los Simpsons seguirán en pantalla al menos dos temporadas más firmadas con Fox, lo que llevará el número de capítulo como mínimo a los 559, después de que el pasado otoño los directivos de la cadena barajaran la suspensión de la serie por los altos sueldos de los actores que ponen voz a los personajes.
Antes de que el guión llegue a los actores, una veintena de escritores trabajan en los gags y chistes que han hecho reír a audiencias de todas las edades durante más de dos décadas, en un proceso productivo que tarda en completarse en entre ocho meses y un año.
El humor de Los Simpsons no ha sido indiferente a la polémica, como cuando el artista callejero anónimo Banksy versionó la introducción del capítulo 467 para denunciar la explotación de trabajadores subcontratados en Asia para la producción de la serie y la comercialización de productos relacionados.
O en la temporada 13, cuando la familia Simpsons viaja a un Brasil donde los taxistas raptan a los turistas y los programas infantiles son dirigidos por presentadoras ligeras de ropa, algo que provocó una pequeña crisis diplomática con el país carioca.
Los Simpsons fueron una revolución televisiva que ha deconstruido a la clase media estadounidense, a los mitos de la cultura moderna y ha puesto un chiste en temas polémicos que muchos otros no se atrevían a tocar como la homosexualidad, las drogas o la política.
Más de allá de eso, se han convertido en una crítica de la propia televisión y los medios de comunicación, con ácidos comentarios incluso en contra de la empresa que los financia, "20th Century Fox", propiedad del magnate Rupert Murdoch, quien también posee el canal conservador de noticias Fox News.
EFE