Aquellas mujeres que no la pasan bien en su trabajo son más propensas a refugiarse en las comidas en momentos de estrés y tienen más tendencia a comer sin control, asegura un estudio finlandés.
La investigación halló que quienesdijeron estar incomodas en su trabajo tenían más posibilidades de tener un hábito "emocional" con respecto a la comida, es decir, comen cuando están estresadas, ansiosas o decaídas, en vez de hacerlo cuando tienen hambre.
"Quienes sufren desgaste pueden ser más vulnerables a la ingesta emocional e incontrolada y tienen la habilidad de cambiar su comportamiento alimenticio", señalo la doctora Nina Nevanpera, del Instituto finlandés de Salud Ocupacional.
Sin embargo, en los resultados no se encontró un efecto del desgaste laboral en el peso de las mujeres. Al principio, la mitad de las que dijeron sufrir en el trabajo tenían un peso normal, frente a un tercio de las que no tenían problemas.
Para Nevanpera, la ingesta emocional es un potencial factor de riesgo para engordar en el futuro. Además, no es saludable, dado que la gente estresada tiende a recurrir más al chocolate y a la comida rápida que a una pieza de fruta.
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