Una de las bacterias que requiere mayor atención es el Streptococcus gordonii, que suele estar en la placa que se forma en la superficie de los dientes. Si esta bacteria entra en el torrente sanguíneo podría causar consecuencias fatales, como una endocarditis infecciosa.
La endocarditis es producida por bacterias que alteran el crecimiento de las válvulas cardíacas, que se inflaman debido a la infección al punto de que el suministro de sangre al corazón y al cerebro puede bloquearse, lo que indudablemente provocaría la muerte.
El tratamiento habitual para la endocarditis infecciosa se basa en la cirugía o el uso de potentes antibióticos, aunque cada vez son menos eficaces. De hecho, «alrededor del 30% de las personas que lo padecen mueren endocarditis infecciosa y la mayoría requieren cirugía para el reemplazo de la válvula cardíaca infectada con una válvula», expresó la investigadora Helen Petersen.
Con información de ABC