Dpa) - La homofobia y los derechos civiles saltaron esta semana a la agenda política chilena en medio del debate en el Congreso de una ley contra la discriminación y la muerte cerebral de un joven gay golpeado durante horas por supuestos neonazis.
La polémica, que hoy cobró fuerza con la censura de un afiche lésbico que promovía una película, dividió filas en el oficialismo en un debate cruzado por las elecciones municipales de octubre y presidenciales de 2013.
“Es impresentable”, resumió hoy el El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) al comentar los hechos, criticando en especial el que incluso una empresa de buses urbanos rechazara exhibir el citado afiche cinematográfico, sin recibir sanciones.
En medio del debate en las redes sociales, el presidente del Movilh, Rolando Jiménez, pidió que la ley contra la discriminación lleve el nombre de Daniel Zamudio, el joven gay asesinado en Santiago tras ser quemado, fracturado y marcado con esvásticas toda una noche.
“(Su caso) se ha transformado en un símbolo de lo que no queremos para Chile, un símbolo contra la violencia y la discriminación, un símbolo contra la homofobia”, defendió Jiménez.
Pero la polémica, que evoca la legalización de la vida en pareja homosexual en 2011, está enmarcada en una discusión mayor por temas morales, en un país donde la Iglesia católica es un habitual mediador de conflictos políticos y sociales.
De hecho, las últimas semanas oficialismo y oposición quedaron divididos por la posibilidad de legalizar el aborto terapeútico en aquellos casos en que el feto es inviable.
“No tiene derecho (…) una mujer que presta el cuerpo en el fondo, presta el hogar a esa vida que se va a desarrollar, a terminar con esa vida”, subrayó la senadora Ena von Baer de la Unión Demócrata Independiente, el principal partido de gobierno.
Sus palabras, convertidas en trending topic en twitter, fueron replicadas por quienes defienden que la mujer pueda abortar en Chile cuando su feto está muerto o morirá a las horas de nacer.
“La discusión sobre el aborto en general hay que darla más a fondo. Apoyo firmemente el aborto terapéutico, es algo que hay legislar ahora”, respondió la dirigenta estudiantil Camila Vallejo, líder de las miles de protestas contra el gobierno el año pasado.
Chile, donde el aborto fue proscrito en 1989, meses antes del fin de la dictadura militar, es escenario de 150.000 abortos ilegales por año, según estimaciones de organizaciones de salud.
El presidente, Sebastián Piñera, que promovió la legalización de la vida en pareja, rechazó ahora avanzar en una ley a favor del aborto terapeútico o en caso de violaciones.
“Soy partidario de proteger la vida y la dignidad humana desde su concepción hasta la muerte natural”, resumió el mandatario.
Un debate que parece que aún tomará años, en una país donde hasta hace años atrás el divorcio no existía y los niños nacidos fuera del matrimonio no tenían los mismos derechos que los nacidos dentro de él.
