Disidente cubano preso en huelga de hambre: "me están matando lentamente"
El disidente cubano José Daniel Ferrer, que fue detenido hace tres semanas en una "ola represiva" que siguió a la visita del papa Benedicto XVI a Cuba, dijo a su esposa que inició una huelga de hambre porque lo estaban "matando lentamente" en prisión.
Dos opositores presos han muerto en Cuba en huelgas de hambre, Orlando Zapata en febrero de 2010 y Wilman Villar en enero de este año, desatando críticas de gobiernos extranjeros y organismos de derechos humanos.
El lunes Ferrer "me dijo 'me están matando lentamente', pues él padece de una úlcera y la alimentación y las condiciones allí son muy malas", relató a la AFP su esposa, Belkis Cantillo.
"Cuando el custodio dijo que eso era visita familiar, que no podía hablar de política y dio por terminada la visita, el protestó y entonces dijo 'me declaro en huelga de hambre, llévate los alimentos' y yo me los llevé", agregó Cantillo.
Ferrer, de 41 años y líder de la Unión Patriótica de Cuba (UPC), que es ilegal como toda la oposición en la isla, fue detenido el 2 de abril en Santiago de Cuba (sureste) junto a otros 42 opositores, que fueron liberados paulatinamente antes de una semana.
Había estado preso ocho años tras ser detenido y condenado a 25 años como parte de un grupo de 75 disidentes en 2003. Fue excarcelado a comienzos de 2011 tras un diálogo entre el cardenal Jaime Ortega y el presidente Raúl Castro.
"Las Damas de Blanco amamos la vida, la familia y la patria, no hacemos huelgas de hambre, pero hay que respetar el criterio de cada cual y si él eligió la huelga como método de lucha por la democracia, nosotros vamos a darle el apoyo espiritual y moral", dijo a la AFP la líder de ese grupo opositor, Berta Soler.
A la UPC se había vinculado Wilman Villar, de 31 años, quien murió el 19 de enero tras 48 días en huelga de hambre en la cárcel, según la oposición.
El gobierno comunista negó que Villar cumpliera un ayuno o que fuera preso político, pues había sido condenado a cuatro años de cárcel por "desacato, desobediencia y atentado", al resistirse al arresto tras una disputa doméstica con su esposa en julio de 2011.
El caso de Villar fue comparado por la disidencia al de Orlando Zapata, de 42 años, que murió el 23 de febrero de 2010 tras una huelga de hambre de 85 días, mientras cumplía 32 años de condena por desacato, desorden y otros cargos.
Cinco días después de la visita a la isla de Benedicto XVI, del 26 al 28 de marzo, la disidencia denunció una "ola represiva" en Santiago de Cuba, donde ocurrió el único incidente de la gira, cuando un asistente a la misa papal, Andrés Carrión, gritó "abajo el comunismo, abajo la dictadura", y fue inmediatamente detenido.
Durante la visita papal unos 150 opositores fueron detenidos preventivamente o retenidos en sus hogares, y los teléfonos y celulares de numerosos disidentes permanecieron fuera de servicio, según la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
La Comisión, que dirige Elizardo Sánchez, afirmó que al menos 2.393 cubanos fueron arrestados por "razones políticas" durante el primer trimestre de este año, más del doble que en igual periodo de 2011 (922).
El gobierno, que considera a los opositores como "mercenarios" de Estados Unidos, no ha informado sobre estos arrestos.
El disidente Guillermo Fariñas, quien ha cumplido una veintena de huelgas de hambre y ganó el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2010, contó que en solidaridad con Ferrer acudió el lunes al cuartel de la Seguridad del Estado en la ciudad central de Santa Clara, donde reside, y pidió quedar detenido.
"Tuvimos una larga conversación (con dos oficiales), donde yo les dije que me quería quedar ahí detenido para correr la misma suerte que José Daniel y ellos dijeron que les diera un día para consultar a sus mandos superiores", según dijo a la AFP.