AFP) – El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa aseguró que el fujimorismo aún sigue presente y está “muy arraigado y con mucho poder económico en el Perú”, 20 años después del autogolpe del ex presidente Alberto Fujimori, en una entrevista divulgada este domingo.
“El fujimorismo está todavía muy presente, tiene un núcleo duro, que está muy arraigado, con mucho poder económico”, señaló Varga Llosa al diario La República al recordar el 5 de abril de 1992 el autogolpe del ex mandatario Alberto Fujimori, que cerró el Congreso, Palacio de Justicia y ministerio Público y gobernó con los militares.
Vargas Llosa dijo que el autogolpe del 5 de abril de 1992 “fue una tragedia para el Perú y quien destruyó la legalidad (Alberto Fujimori) fue un criminal, un criminal que afortunadamente está pagando ese crimen”.
El expresidente (1990-2000) está preso desde 2007 en una sede policial en Lima, a la que llegó extraditado de Chile. En 2009, un tribunal lo condenó a 25 años por el asesinato de 25 personas a manos de un escuadrón de la muerte del ejército, en el marco del combate a la guerrilla izquierdista Sendero Luminoso.
Para Vargas Llosa “hay miles de familias que sufren las consecuencia de esa dictadura genocida y probablemente la más corrupta que ha tenido el Perú en toda su historia”, precisó.
El escritor aseguró que el fujimorismo “todavía está allí y puede jugar un papel de sabotaje, de minar la vida democrática en el Perú”.
“No hay que olvidarse que ellos (los fujimoristas) robaron muchísimo y están muy presente en los medios, tienen una influencia política porque tienen una capacidad de soborno muy grande, pero no pueden ganar una elección”, señaló Vargas Llosa.
El premio Nobel de Literatura explicó que el resultado en las elecciones presidenciales del 2011 que obtuvo Keiko Fujimori, hija del exmandatario, “fue absolutamente excepcional y como ha ocurrido con todos los partidos políticos nacidos de la dictadura, el fujimorismo va seguir encogiéndose hasta extinguirse“.
Keiko Fujimori perdió en segunda vuelta y por estrecho margen las elecciones presidenciales, que lo ganó Ollanta Humala, un militar nacionalista.