El incendio forestal de Rasquera (Ribera d’Ebre, Tarragona) sigue activo y ya ha quemado 2.774 hectáreas, según el último balance dado a conocer por el consejero de Interior de la Generalitat, Felip Puig. De esta superficie 200 hectáreas son de bosque, mientras que el grueso de terrenos afectado son matojos, vegetación y algunos cultivos. El fuego,que se originó el martes al mediodía sigue sin control y los efectivos de emergencia trabajan para frenar la expansión del frente más activo de las llamas, que se sitúa en la zona de los barrancos de la Sierra del Boix. “Por el viento, el fuego ha superado la sierra”, ha explicado Puig, que permanece en Rasquera desde ayer. El resto de perímetro, que suma 3.000 hectáreas, prácticamente no ha avanzado durante la madrugada. La compleja orografía dificulta las labores de extinción. En diversas zonas abruptas los bomberos y los GRAF no pueden llegar por tierra y tienen que ser transportados en helicóptero. Esta mañana hay efectivos luchando contra el fuego allí, no con agua sino con herramientas manuales porque llegar hasta estos barrancos por tierra es imposible. “Allí se está librando la batalla definitiva, este último frente se podría dar por controlado esta tarde”, ha afirmado el consejero de Interior.
En la zona del incendio hay mucha niebla. Por eso a primera hora de la mañana los medios aéreos no han podido sumarse a las sesenta dotaciones terrestres que siguen trabajando en el incendio. Al final han podido volar cuatro helicópteros de los Bomberos de la Generalitat, y se espera que durante el día los efectivos aéreos lleguen a ser 13. En estos se incluyen los dos hidroaviones y un helicóptero enviados ayer por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente que, según las previsiones, seguirá trabajando toda la jornada en Rasquera. Todo depende del viento, que no permite despegar los aparatos desde el aeropuerto de Reus. Desde ayer sopla la marinada, un viento húmedo. Según Puig, a partir de mediodía el viento volverá a subir de intensidad, empujando el fuego hacia las zonas ya afectadas, algo positivo para la extinción del incendio.
Durante la madrugada de este jueves bajó la temperatura, subió la humedad y ha parado el viento. Incluso, a medianoche hizo un amago de lluvia. Estas condiciones han favorecido los trabajos de extinción de los Bomberos de la Generalitat y el perímetro del incendio se ha mantenido estable por la zona de Rasquera, El Perelló (Baix Ebre), y la carretera TV-3022, que continúa cerrada. El frente más activo sigue siendo la zona sudeste, en los barrancos de Carlos, Les Calobres y del Boix. El fuego afecta a los términos municipales de Rasquera, El Perelló, Tivenys y Benifallet.
La Dirección General de Protección Civil mantiene activada la fase de emergencia del plan INFOCAT.
Más allá de aproximaciones peligrosas, ninguna masía se ha quemado. Durante la madrugada del miércoles 60 personas fueron desalojadas. La mitad de ellas, ya ha podido volver a sus viviendas. También han acompañado a los pastores a ver el estado de su ganado y cosechas.
“Las impresiones son razonablemente optimistas”, ha sentenciado Puig. La polémica se cierne sobre los bomberos voluntarios. Están en conflicto con Interior en buena medida por los recortes llevado a cabo. Por eso muchos de ellos no están acudiendo a apagar el fuego, a pesar de que se les está llamando. “Hay algunos bomberos voluntarios trabajando, pero no todos los que tendrían que estar. Es posibles que exista algún problema con ellos; nos dedicaremos a él cuando termines de apagar este fuego”, ha admitido Puig.
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