Teodoro Petkoff analiza en el editorial del diario Tal Cual de este jueves cómo la presencia e influencia internacional de Chávez y el chavismo, en particular en América Latina han perdido vigor”.
El editorialista destaca que el liderazgo continental del Jefe de Estado venezolano está declinando -aún antes de su enfermedad- porque “tal como muchos venezolanos se han desilusionado de Chávez, un fenómeno similar ha ocurrido en Latinoamérica y el Caribe”.
Petkoff cita como ejemplos el rechazo a la incorporación plena de Venezuela en Mercorsur, el papel preponderante de Guyana en el Caricom e incluso “su propia creación multinacional, el Alba, languidece”.
A continuación el editorial completo:
La presencia e influencia internacional de Chávez y el chavismo, en particular en América Latina, han perdido vigor simultáneamente, aunque a un ritmo un poco más veloz, con la sostenida decadencia de su peso nacional. Esa caída ya se asomaba antes de que su enfermedad le creara las actuales limitaciones a su proverbial activismo.Tal como muchos venezolanos se han desilusionado de Chávez, un fenómeno similar ha ocurrido en Latinoamérica y el Caribe y en ambos casos el único responsable del rumbo crepuscular de su política es el propio Chávez. No en balde el apodo de Chacumbele le viene como anillo al dedo.Chacumbele es aquel personaje de una vieja guaracha cubana, asesinado por su esposa cuando lo cazó con otra. El estribillo rezaba: “pobrecito Chacumbele, él mismito se mató”. De Chávez se puede afirmar lo mismo.Nadie ha hecho tanto por lastimar su conducta política como el propio Presidente. Tomemos por caso el abandono de la CIDH, a lo cual nadie se ha sumado.Sobrestimándose de modo demencial, creyó que su prestigio (cuando lo tenía), y su discurso, podían trazar la política latinocaribeña.De este modo, sin siquiera consultar a su propio país, rompió con la Comunidad Andina de Naciones y simultáneamente el ingreso de Venezuela al otro gran conjunto integracionista, Mercosur, se ha pasmado ante la férrea reticencia del Parlamento paraguayo de darle vía libre y la tibia y casi inaudible reacción de los otros socios del mercado común ante la actitud paraguaya.Esporádicamente se oye la voz de Lula, abogando por él, pero infructuosamente. Su sucesora, Dilma Rousseff, es poco dada a acompañar los desvaríos de su homólogo venezolano.Ni siquiera Petrocaribe logra apagar la independencia de las naciones del Caricom, que en la disputa guyanesa-venezolana han tomado partido en bloque por Guyana. En este caso es visible la negligencia de la Cancillería venezolana en el tema.Su propia creación multinacional, la Alba, languidece, carente de política global, con signos de incoherencia y económicamente insignificante.Correa, el Presidente ecuatoriano, se percibe, ya bastante claramente, su disposición a no dejarse encerrar en la horma de la ALBA y a preservar su autonomía. Recientemente, contra la propia posición de Chávez, Ecuador no asistió a la cumbre de Cartagena en protesta por la no invitación a Cuba. Es un signo en el cielo. Evo confronta una grave crisis social, doblada en política, y está demasiado ocupado con sus propios asuntos como para pararle mucho a los pujos internacionalistas de su colega venezolano.Por otro lado, en tanto que Obama ha logrado atenuar el antinorteamericanismo (el cual constituye una referencia ineludible en la retórica chavista que, por un momento, engranó con la búsqueda latino-caribeña de una redefinición de las relaciones entre el Sur y el Norte del continente), el otro gran referente de la política chavista, Cuba, está metida en un proceso, cuyo destino no se ve nada claro, pero que ostensiblemente va en sentido contrario al que Chávez mantiene. Delante lo que está es el vacío.Sic transit gloria mundi.
El crepúsculo del Alba
Teodoro Petkoff
Tal Cual
Teodoro Petkoff
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