El 68 por ciento de las japonesas víctimas de una agresión sexual durante el año pasado prefirieron ocultarlo y solo el 5 por ciento lo denunció a la policía, según una encuesta que publica por el Gobierno nipón.
En el sondeo, que se realiza cada tres años y en el que participaron más de 1.750 japonesas, detalla que tan solo el 28 % de las que se sintieron forzadas a mantener una relación sexual lo contaron a un amigo (el 25 %) o un miembro de su familia (el 13 %).
El número registrado en 2011 de mujeres que no comunicaron a nadie una agresión es el más bajo hasta ahora, por debajo del 35,1 % del informe de 2005 y el 31,7 % de 2008, según detalló el documento compilado por el Gabinete nipón.
Las principales razones por las que prefirieron no contarle a nadie la agresión sexual fueron el sentimiento de vergüenza, en el 46 % de los casos, para no recordar la experiencia, en el 22 % de las encuestadas, y porque consideran que es una carga que deben soportar ellas solas, en el 19 %.
Hidemichi Morosawa, experto de la universidad de Tokiwa, en la provincia de Ibaraki (centro), instó a la necesidad de que el Estado refuerce sus medidas de apoyo para las víctimas para facilitar, por ejemplo, que la víctima comparezca ante un tribunal sin tener que ver a su agresor.
En este sentido, el Gobierno cuenta con un programa de centros de atención urgente para este tipo de casos en los que ofrecen a las víctimas tratamiento médico, soporte policial y otros servicios, aunque de momento tan solo dos han sido inaugurados en las provincias de Aichi y Osaka (ambas en el centro de Japón).
El documento publicado también insta a la policía y a los centros médicos a reforzar su colaboración para una mejor detección de casos de violencia sexual y de cara a impulsar una mejor asistencia legal y medica a las afectadas.
EFE
