A nadie podría extrañarle el resultado del estudio del Instituto Venezolano de Análisis de Datos, IVAD, presentado este fin de semana, y que exhibe la opinión de los zulianos durante el primero y diez de julio del año 2012, y en el que, como resultado principal, da un favoritismo de 53,5% de votos a Chávez sobre 38,6% de Henrique Capriles Radonski.
Al estudiar estos números, nos encontramos con una realidad que coloca a Chávez en las mismas condiciones de 1998 en el estado Zulia, y a su contrincante con el porcentaje más bajo de favoritismo de los últimos 13 años en esa entidad.
Antes de hacer un análisis revisemos los últimos resultados del candidato Hugo Chávez en el Zulia, desde 1999.
En las elecciones presidenciales del 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez sacó en el estado Zulia 55,33% de los votos regionales, mientras su contrincante más cercano, Salas Romer, logró el 40,82%, siendo el mejor escenario que ha experimentado Chávez en la región, que luego los opositores etiquetaron como un bastión contrarevolucionario.
El 30 de julio de 2000, luego de la aprobación de la Reforma Constitucional, Chávez vuelve a medirse en unas elecciones presidenciales para reafirmar su cargo, y se mide contra un zuliano ampliamente apreciado en la región, es la única vez que Chávez se ve en desventaja en el Zulia, perdiendo ante Arias Cárdenas con un mínimo porcentaje, quedando 48,66% para Francisco Arias Cárdenas y 47,23% para Hugo Chávez.
En las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006, Chávez se midió con otro zuliano, Manuel Rosales, y en este caso, el candidato de la Revolución lo venció en su propio terreno, sacándole 51,38% a un Rosales que alcanzó 48,45%.
Con estos datos podemos sacar múltiples análisis, el primero de ellos es que Hugo Chávez siempre ha salido bien parado en uno de los estados con mayor cantidad de electores en el país.
El último proceso electoral, posterior a la época del paro petrolero y el golpe del 2002, el pueblo zuliano se expresó contrario a la tendencia que se le había adjudicado, no fue una respuesta precisamente con contundencia opositora la que recibió a Manuel Rosales en su propia tierra.
El espejismo opositor en el Zulia se adjudica principalmente a los liderazgos municipales, y a la ubicación privilegiada que tiene la oligarquía de la región para poder imponerse en la capital y otros municipios, pero nunca es una realidad regional, y menos para elecciones presidenciales.
La mala gestión regional también pasa sus cuentas, y no es precisamente Maracaibo y la Gobernación zuliana un ejemplo digno a seguir, según el reporte de noticias, como el caso de los barrenderos de la alcaldía de Maracaibo que fueron despedidos y luego apoyados por una decisión del TSJ, y tuvieron que ser reenganchados. Este tipo de hechos locales pesan más que la influencia mediática opositora.
Los dos candidatos que han enfrentado a Chávez y no son zulianos: Salas Romer y ahora Capriles Radonski, han sido gobernadores de otras entidades centrales del país, pero no han hecho vida política en la entidad occidental.
El único líder regional que ha podido ganarle, en este estado, a Chávez ha sido Arias Cárdenas, quien hoy por hoy, se encuentra apoyando al candidato de la Revolución a la reelección presidencial, y a su vez es el candidato revolucionario para la gobernación de este estado.
Más allá de las encuestas, el análisis de los resultados políticos es siempre justo y necesario para desmontar el juego de espejismos que algunos medios privados plantean para alterar, con sus trucos de apariencia, la realidad nacional.
(VTV).