Peligro inminente. A diferencia de lo que se creía, fumar pipas de agua (shisha, narguile o hookah, otros nombres con los que se conoce) deja en el cuerpo los mismos compuestos químicos que el cigarro.
La pipa de agua es una cámara de humo, un recipiente y una manguera. El humo de sabores es creado con tres ingredientes: tabaco caliente, melaza y fruta. El humo pasa a través del agua hacia la boquilla, lo que le permite al consumidor inhalar mucho más profundamente, que como lo haría con el humo seco del cigarro.
Una sesión fumando shisha, que dura de 45 a 60 minutos, genera aproximadamente 100 veces más cantidad de humo que un solo cigarro, 40 veces más alquitrán y 10 veces más monóxido de carbono.
El último estudio del médico Brian Primack publicado en el diario Nicotine and Tobacco Research, mostró que uno de cada tres estudiantes universitarios ha fumado una shisha en algún momento de su vida, y más del 50% de esos estudiantes no son fumadores de cigarros.
“Se necesita mejor educación para que se puedan ver las similitudes entre fumar de una shisha y fumar un cigarro”, indicó Primack.
El médico Primack y sus colegas analizaron las respuestas de las encuestas realizadas a 105,012 estudiantes en 152 universidades norteamericanas, según el site de CNN.
Los investigadores aún no saben si las shishas son adictivas. Los fumadores inhalan dos veces la cantidad de nicotina durante una sesión de shisha en comparación con fumar un cigarro, pero hacen falta estudios a largo plazo para ver si interfiere en la vida de las personas de la misma manera.
EFE