El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, almirante José Cueto Aservi, reconoció que pacificar el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) no se logrará de la noche a la mañana. Sin embargo,destacó los avances en inteligencia y el asecho a los dominios del ‘camarada José’.
En entrevista concedida a La República, refirió que el pasado 4 de julio una fuerza de agentes especiales de la policía antidrogas y antiterrorista desmanteló un campamento senderista en el distrito de San Martín de Pangoa, en Satipo.
En la denominada Operación Albergue, además del rescate de una decena de niños, fueron arrestados once subversivos. Habían llegado al dormitorio del ‘camarada José’, según dijo.
“Hemos avanzado en inteligencia, algo fundamental en este tipo de guerras, pero aún falta mucho. Y no solo se trata de inteligencia humana, sino también tecnológica. Antes no existía inteligencia en el Vraem. Era desalentador. Ahora reforzamos lo que hemos alcanzado. En esa línea se debe inscribir la Operación Albergue. Por primera vez entramos en el dormitorio del ‘camarada José’. Ahora se debe sentir muy inseguro”, indicó.
Cueto Aservi señaló que una desventaja frente a los terroristas del Vraem es que su gente tiene al menos 20 años de experiencia en la zona y conocen mucho más el terreno. “Varios son jóvenes, criados y formados desde niños en campamentos terroristas”, señaló.
En cambio, el promedio de experiencia de los efectivos de las Fuerzas Armadas es como mínimo, un año.
Comentó que lo que más sacudió a la opinión pública fue que cuatro de los cinco muertos en el último atentado a dos patrullas de la base de Mazángaro, en Satipo (Junín), eran del Servicio Militar Voluntario (SMV).
““Carne de cañón”, titularon a algunos medios de comunicación. Los críticos reclaman que vayan a la lucha efectivos profesionales de la guerra y no reclutas”, manifestó.
Dijo que las publicaciones afectaron mucho a los heridos, pero que ellos le han dicho que tienen la moral en alto y están decididos a continuar luchando, una vez que se recuperen de sus dolencias.
“Ellos tienen la moral en alto, pero no comprenden por qué desde la ciudadanía reciben solo críticas y no reconocen, o lo que es peor, desconocen su sacrificio. Hay que ir al Vraem para comprenderlo”, comentó.
Cueto Aservi remarcó que tienen información de inteligencia en las que los terroristas hablan de sus muertos y heridos, pero como parte de su estrategia, ocultan los cadáveres. “Es imposible que no haya muerto ninguno”, replicó.
Sobre el enfrentamiento en Mazángaro, afirmó que están plenamente seguros de que también hubo bajas del lado de los terroristas.
Apuntó que otra gran desventaja es que la población del Vraem, donde se ha instalado una economía del narcotráfico, los pobladores consideran como enemigos a las fuerzas del orden, porque representan el fin del negocio de la droga.
“Por eso simpatizan o respaldan a los terroristas, porque actúan como el brazo armado del narcotráfico, del que depende su subsistencia. Por eso, cada vez que las fuerzas del orden decomisan droga, automáticamente Sendero Luminoso ataca en alguna parte del Vraem. Hay una evidente relación causa y efecto”, advirtió.
“Antes de lo sucedido en Mazángaro hubo incautaciones de droga en el Vraem. Eso es cierto. Es difícil diferenciar la línea divisoria entre narcotráfico y terrorismo. Por eso consideramos que la guerra contra el terrorismo debe ir paralela a la lucha contra el narcotráfico porque están íntimamente conectados. Al golpear al terrorismo, se golpea al narcotráfico, y al golpear al narcotráfico se golpea al terrorismo”, añadió.
Finalmente, el jefe del Comando Conjunto expresó su confianza en que con la delegación de facultades que ha recibido el Ejecutivo, se precisen las funciones de las Fuerzas Armadas. “Es un aspecto vital porque los militares tienen restricciones para enfrentar a las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico”, sentenció.
RPP