Ahora resulta que el mejor amigo de Justin Bieber, Sean Kingston, mintió descaradamente: el intérprete de “Baby baby” nunca le regaló su Fisker Karma cromado, según reporta el portal TMZ.
Kingston comenzó la farsa en la puerta del Boa Steakhouse en Hollywood este fin de semana cuando se subió al auto cromado y les dijo a los fotógrafos que Justin se lo había dado a él como un regalo y un significado de su amistad.
Sin embargo, fuentes cercanas a Bieber dicen que la verdad de la milanesa es que Kingston le preguntó a Justin si podía tomar prestado el coche para ir a cenar ya que el cantante está de gira y Justin le dijo que sí.
Ahora, el coche está de vuelta en el garaje de Justin y no hay que adivinar para deducir que los privilegios de conducir de Kingston han sido suspendidos indefinidamente.