(EFE).- La frustración que invade a los más de seis millones de venezolanos que no apoyaron el domingo la reelección de Hugo Chávez se entremezcla con la evidencia de que, por primera vez en muchos años, ha nacido un nuevo líder: el joven político Henrique Capriles.
Con 7,96 millones de votos (55,5%), Chávez logró una nueva victoria que le llevará al poder hasta 2019, cuando habrá acumulado 20 años dirigiendo las riendas de Venezuela con su particular estilo que él califica como el “Socialismo del Siglo XXI”, mientras Capriles se acercó hasta los 6,42 millones de votos (44,39%).
Lo que hizo histórica la elección del domingo es que desde la llegada de Chávez al poder, en 1999, la oposición, muy cuestionada por el intento de golpe de Estado de 2002, no había sido capaz de encontrar a un líder que además de aunar sus intereses políticos atrajera el voto de los más desfavorecidos.
El presidente de Venezuela identificó desde el inicio las necesidades de la mayoría de los venezolanos, algo que hasta la oposición reconoce en un país con grandes ingresos provenientes del petróleo pero que no se repartían entre la población.
Capriles, un abogado de 40 años que ha sido diputado, alcalde y gobernador, sin haber perdido hasta ayer una elección en su carrera política, surgió en febrero de 2011 como candidato a la Presidencia de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), una alianza de la mayor parte de los partidos de la oposición.
El que en principio parecía ser un político más de la oposición venezolana terminó haciendo una campaña bien estructurada hasta conseguir más de 6 millones de votos y poner contra las cuerdas al chavismo.
Henrique Capriles lideró una campaña sin ataques directos a Chávez, sin responder a los que él recibió del oficialismo, recorrió Venezuela pueblo a pueblo, se empapó de los problemas y a menos de un mes de las elecciones anunció su plan de Gobierno para los primeros cien días.
Prometió garantizar la seguridad a los ciudadanos, en uno de los países más violentos del mundo, elevar los salarios más bajos y mantener los programas sociales que tantos votos han dado durante años a Hugo Chávez.
Además desmontó la idea que se percibía de él, a partir de las acusaciones de Chávez, al negar que tuviera planes de imponer un paquete de medidas económicas neoliberales si llegaba al poder.
Los mítines de Capriles se tornaron multitudinarios, se ganó la confianza no sólo de las clases altas, también medias e incluso bajas; fue sincero con los venezolanos y sobrio en su discurso de aceptación de la derrota, el domingo por la noche.
Quiero “felicitar al candidato, al presidente de la República, desde aquí mandarle mi felicitación y ojalá lea con grandeza la expresión de nuestro pueblo, hay un país que tiene dos visiones”, manifestó un conmovido Capriles tras conocer que un invicto Chávez le había aventajado por un millón y medio de votos.
“Yo pido a quienes hoy mantienen el poder respeto, consideración y reconocimiento a casi la mitad del país que no esta de acuerdo con este gobierno”, agregó.
Y matizó: “Yo les digo, miren, que nuestro pueblo no se sienta perdedor, nadie, esos más de seis millones de venezolanos no están solos, esos más de seis millones de venezolanos, casi la mitad del país, no están solos”, al animar a sus correligionarios y recordarles que se ya se ha construido un camino.
Capriles dijo varias veces que “lo que el pueblo diga es sagrado” y se dirigió a los votantes de Chávez, casi ocho millones de venezolanos, para decirles que también está con ellos y que por ellos seguirá trabajando para hacer de Venezuela un país mejor.
Este joven abogado, soltero y sin compromiso, y con una larga trayectoria política plagada de éxitos, se erigió así como un nuevo líder en Venezuela.
Y es que, pese a su derrota, todo apunta a que la legitimidad que le otorgan 6,42 millones de votos no se la va a poder arrebatar nadie en los próximos años.
Capriles “tiene una gran oportunidad”, apuntó a Efe el presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, quien se mostró convencido que “nadie en la base de la oposición va a culpar a Capriles de la derrota, lo que van a decir es que necesita tiempo”.
Aunque León advirtió de que “tendrá que enfrentar monstruos internos”, en alusión a la amalgama de partidos opositores que le dieron la confianza pero que mantienen vivos sus intereses, no dudó de que el político venezolano “tiene una gran oportunidad de aparecer como el gran líder a futuro”.
La razón está clara. De los candidatos que ha presentado la oposición venezolana en los últimos años para enfrentar al invencible Chávez, Henrique Capriles ha logrado con diferencia los mejores resultados.
Además, ha dado un vuelco a la ilusión de millones de venezolanos que están en desacuerdo con la revolución bolivariana chavista.