Diez canciones para bailar lejos de un cementerio
No hay que remontarse al Réquiem de Mozart para encontrar lazos en común entre la música y la muerte. Ambas siempre han estado muy unidas desde el principio de la historia. El universo pop está poblado de canciones en castellano para recordar a los difuntos. Recomendamos 10 melodías para "morirse" cantando.
1. Bailaré sobre tu tumba (1985).- Canción que da título al cuarto disco del grupo gallego Siniestro Total y que nunca falta en una fiesta de Halloween del otro lado del Atlántico. Julián Hernández promueve el crimen musical y se supera como letrista: "Te degollaré con un disco afilado/ de los Rolling Stones o los Shadows/ Te tragarás la colección de casettes/ de las Shan-Gri-Las o de las Ronettes".
2. Mi novio es un zombi (1989).- Alaska y Dinarama cierran su carrera con esta canción compuesta por los Vegetales, grupo paralelo del bajista Nacho Canut. La banda, que había abrazado en el inicio de su carrera una cierta cultura Dark, se anticipa a la edulcorada película "Ghost" de Patrick Swayze, y habla de la relación de un muerto viviente que viene de otro mundo para estar con su pareja.
3. La llorona (1994).- Uno de los grupos de rock más grandes de México, Caifanes, se atreve con la leyenda y crean un versión propia de esa alma en pena que acongoja América Latina. Antes, Chavela Vargas, Joan Baez o Raphael, interpretaron el lamento. Es solo una muestra. En fiestas de Muertos, la cultura mexicana no tiene competencia.
4. No es serio este cementerio (1987).- Cuarto single del álbum "Entre el cielo y el suelo", de Mecano. Ana Torroja, la cantante, juega con un fondo musical de marcha fúnebre y recita al final la frase latina "Finis gloriae mundi homini"(El final de la gloria del mundo del hombre). La intriga y el misterio se pierden cuando se visiona el vídeo clip ambientado en un desguace de coches. Los ochenta en España tenían esas cosas.
5. El muerto vivo (1967).- Compuesta por el colombiano Guillermo González Arenas, cuenta una historia real de un hombre que le dieron por muerto en el departamento de Antioquía y "estaba de parranda". El gran artista cubano Rolando Laserie, el Guapachoso, fue de uno de sus interpretes más destacados. La canción fue recuperada por Peret y adoptada por toda la rumba catalana. Ahora, Serrat y Sabina se la llevaron "de cañas" en su gira de Pájaros y Titanic.
6. Te amo tanto (1995).- La necrofilia tiene en esta canción de los chilenos Javiera y los Imposibles su hueco musical. De su exitoso álbum "Corte en trámite", que contiene también "Humedad", "Tumba sin flores" y "Autopsia", no se podía esperar otra cosa. Además, en esta línea, enlaza con otros temas pop del país andino como "Olor a gas" de Los Tres o "Olas Gigantes" de Denver.
7. Dame Veneno (1976).- Primer y rotundo éxito de Los Chunguitos, un trío de hermanos nacidos en Extremadura (España), que mezclaron rumba gitana y canción melódica para mayor gloria del extrarradio postindustrial. La canción, producida por el Dúo Dinámico, vendió 50.000 ejemplares.
8. Rascayú (1943) .- Nadie se pone de acuerdo para encontrar el origen de esta canción de enterrador que fue prohibida temporalmente en España por el franquismo - "cuando mueras ¿qué harás tú?"- y que popularizó el mallorquín Bonet de San Pedro. Paco Clavel, Jorge Ilegal, Fangoria o cualquier orquesta de feria han vibrado interpretando esta oda a los esqueletos rebeldes.
9. Réquiem (1998).- El mundo del heavy metal en español ha rondado siempre cerca del lado oscuro. Los madrileños Mago de Oz incluyeron este tema en su álbum "La leyenda de la Mancha", un trabajo conceptual basado en el Quijote de Cervantes. Solos de guitarra, melenas al viento y voz casi en falsete para mayor gloria de un hidalgo con camiseta de AC/DC.
10. Hoy no le temo a la muerte (2006) .- Los argentinos de La Portuaria junto al ex Talking Heads David Byrne nos dan punto y final optimista a este repaso arbitrario de algunas de las canciones fúnebres del pop en español. Muchas habrán quedado en el tintero y, cada uno, puede hacer su lista (No se olviden de Camilo Sesto). Ausencias aparte no busquen en esta crónica mensajes del más allá o cábalas de ultratumba; se trata, simplemente, de poner una sonrisa musical a la fiesta de los difuntos. EFE