El doctor Richard Doll, de cuyo nacimiento se cumplen mañana 100 años, abrió los ojos al mundo sobre los peligros del tabaco para la salud, un descubrimiento médico que puede haber salvado más vidas que ningún otro en el siglo XX.
El epidemiólogo británico publicó en 1954 una revolucionaria investigación que confirmaba por primera vez el vínculo entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón, aunque en su momento muy pocos le hicieron caso.
Sin embargo, con el tiempo, el doctor Doll -fumador, comunista y amante de la matemáticas- consiguió, gracias a su empeño en la estudio de las consecuencias del tabaco en la salud, cambiar la mentalidad y las vidas de millones de personas alrededor del mundo.
En el proceso de su investigación, que llevó años, él mismo dejó de fumar y animó a su mujer a hacerlo, pero no fue a la única que convenció: en 1954 el 80 por ciento de los adultos británicos fumaba, hoy el porcentaje baja hasta el 21 por ciento.
El descubrimiento de Doll, que murió a los 92 años el 24 de julio de 2005, se produjo por el intento de responder a la pregunta de porqué el cáncer de pulmón estaba convirtiéndose en una epidemia.
Poco después de la II Guerra Mundial, los científicos vivieron como un verdadero misterio el hecho de que tanta gente muriera de una enfermedad que hasta entonces era una dolencia rara.
"La mortalidad por cáncer de pulmón aumentaba cada año en las primeras décadas del siglo pasado. Nadie le prestó atención durante la guerra, pero en los años siguientes empezó la preocupación", relató el propio Doll, que tenía 41 años cuando llegó a la decisiva conclusión.
Unos pocos estudios, incluido uno financiado por los nazis en Alemania en 1943, habían sugerido antes la relación entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón, pero Doll fue el primero en probar la conexión.
Durante años, sir Richard Doll y sus colegas entrevistaron a casi 700 pacientes con cáncer de pulmón, a los que les preguntaron todo lo que se puede preguntar, según relató él mismo, para tratar de identificar posibles causas.
Las investigaciones de Doll, que fue nombrado caballero del Imperio británico por la reina Isabel II en 1972, no quedaron ahí y en posteriores estudios llegó a la conclusión de que el tabaco también estaba vinculado a trombosis coronarias y otras 18 enfermedades serias.
Además del cáncer y las enfermedades cardiacas, durante su dilatada carrera como epidemiólogo investigó los problemas que causa el alcohol en los fetos y los efectos secundarios de las píldoras anticonceptivas.
Según él mismo reconoció, el estudio que más satisfacción le produjo fue con el que constató el riesgo de leucemia para los seres humanos tras exposiciones continuadas de radiación.
Casado y con dos hijos, Doll no dejó nunca de trabajar ni de ser polémico y en 2001 consiguió enfurecer a las organizaciones antitabaco cuando restó importancia a los efectos del tabaco en los fumadores pasivos.
"Las consecuencias de que otras personas fumen en mi presencia son tan pequeñas que no me preocupan en absoluto", reconoció durante una entrevista el prestigioso investigador.
Fue en 2004 cuando Doll, a las 91 años, publicó su último trabajo en el que recapitulaba el efecto que sus investigaciones habían tenido en la disminución del consumo de tabaco a nivel mundial, y es que el concienzudo epidemiólogo nunca se cansó de recordar que "fumar perjudica la salud".
El epidemiólogo británico publicó en 1954 una revolucionaria investigación que confirmaba por primera vez el vínculo entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón, aunque en su momento muy pocos le hicieron caso.
Sin embargo, con el tiempo, el doctor Doll -fumador, comunista y amante de la matemáticas- consiguió, gracias a su empeño en la estudio de las consecuencias del tabaco en la salud, cambiar la mentalidad y las vidas de millones de personas alrededor del mundo.
En el proceso de su investigación, que llevó años, él mismo dejó de fumar y animó a su mujer a hacerlo, pero no fue a la única que convenció: en 1954 el 80 por ciento de los adultos británicos fumaba, hoy el porcentaje baja hasta el 21 por ciento.
El descubrimiento de Doll, que murió a los 92 años el 24 de julio de 2005, se produjo por el intento de responder a la pregunta de porqué el cáncer de pulmón estaba convirtiéndose en una epidemia.
Poco después de la II Guerra Mundial, los científicos vivieron como un verdadero misterio el hecho de que tanta gente muriera de una enfermedad que hasta entonces era una dolencia rara.
"La mortalidad por cáncer de pulmón aumentaba cada año en las primeras décadas del siglo pasado. Nadie le prestó atención durante la guerra, pero en los años siguientes empezó la preocupación", relató el propio Doll, que tenía 41 años cuando llegó a la decisiva conclusión.
Unos pocos estudios, incluido uno financiado por los nazis en Alemania en 1943, habían sugerido antes la relación entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón, pero Doll fue el primero en probar la conexión.
Durante años, sir Richard Doll y sus colegas entrevistaron a casi 700 pacientes con cáncer de pulmón, a los que les preguntaron todo lo que se puede preguntar, según relató él mismo, para tratar de identificar posibles causas.
Las investigaciones de Doll, que fue nombrado caballero del Imperio británico por la reina Isabel II en 1972, no quedaron ahí y en posteriores estudios llegó a la conclusión de que el tabaco también estaba vinculado a trombosis coronarias y otras 18 enfermedades serias.
Además del cáncer y las enfermedades cardiacas, durante su dilatada carrera como epidemiólogo investigó los problemas que causa el alcohol en los fetos y los efectos secundarios de las píldoras anticonceptivas.
Según él mismo reconoció, el estudio que más satisfacción le produjo fue con el que constató el riesgo de leucemia para los seres humanos tras exposiciones continuadas de radiación.
Casado y con dos hijos, Doll no dejó nunca de trabajar ni de ser polémico y en 2001 consiguió enfurecer a las organizaciones antitabaco cuando restó importancia a los efectos del tabaco en los fumadores pasivos.
"Las consecuencias de que otras personas fumen en mi presencia son tan pequeñas que no me preocupan en absoluto", reconoció durante una entrevista el prestigioso investigador.
Fue en 2004 cuando Doll, a las 91 años, publicó su último trabajo en el que recapitulaba el efecto que sus investigaciones habían tenido en la disminución del consumo de tabaco a nivel mundial, y es que el concienzudo epidemiólogo nunca se cansó de recordar que "fumar perjudica la salud".
EFE